La Fiscalía de la ciudad chilena de Rancagua citó a declarar al arzobispo de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati, en calidad de imputado por encubrimiento en casos de abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia católica. Según un comunicado del Arzobispado de Santiago, "Ezzati fue citado por la Fiscalía Regional de Rancagua para declarar en calidad de imputado el próximo 21 de agosto, por la eventual responsabilidad que podría caber en el delito de encubrimiento".
En el mismo texto Ezzati reiteró su compromiso y el de la Iglesia de Santiago con las víctimas en la búsqueda de la verdad y con el respeto a la Justicia civil. "Tengo la convicción de que nunca he encubierto ni he obstruido a la justicia y como ciudadano cumpliré con mi deber de aportar todos los antecedentes que contribuyan a esclarecer los hechos", afirmó el arzobispo.
La citación a la máxima autoridad de la Iglesia católica austral se conoce 24 horas después de que el Ministerio Público informara de que investiga a 158 personas relacionadas con la Iglesia católica en el marco de 144 casos de abusos sexuales o de otro tipo contra 266 víctimas en Chile. Es más, el director de la División especializada en Derechos Humanos, Delitos sexuales y Violencia de Género, Luis Torres, explicó que las víctimas podrían llegar a casi medio millar, principalmente cuando se empiecen a recibir las denuncias de las víctimas de las regiones extremas de Chile en un país que tiene más de 4.000 kilómetros de extensión.
Por otro lado, la Fiscalía chilena informó de que solicitará al Estado Vaticano los antecedentes que recibió el papa Francisco respecto de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y funcionarios de la Iglesia. El organismo pretende obtener el informe que elaboró el arzobispo Charles Scicluna, enviado del papa Francisco a Chile, sobre casos de abuso sexual cometidos en el país austral. Scicluna, quien visitó dos veces Chile junto al jesuita español Jordi Bertomeu, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, recogió los testimonios de 64 presuntas víctimas y entregó al papa un informe de 2.300 páginas.
Hasta ahora, el pontífice ha aceptado las renuncias de cinco obispos, algunos de ellos acusados de encubrir abusos, mientras han surgido nuevas denuncias, como las que apuntan a religiosos marianistas y a un excanciller del arzobispado de Santiago, Óscar Muñoz, que está en prisión preventiva. La Iglesia austral, que desde 1970 y hasta 1990 se comprometió con los sufrimientos y esperanzas del pueblo chileno, especialmente durante la dictadura de Augusto Pinochet, está actualmente sumida en una de las crisis más graves de su historia desde la llegada de la colonización española.