Familiares o allegados a cuatro importantes personalidades políticas de China, entre ellas el actual presidente, Xi Jinping, y el defenestrado líder Bo Xilai, aparecen en los Papeles de Panamá, que han causado conmoción en todo el mundo.

En el caso de China, cuyo Gobierno por ahora ha guardado silencio ante las filtraciones, los documentos indican que un cuñado del presidente Xi, Deng Jiagui, se convirtió en director y único accionista de dos empresas tapadera en las Islas Vírgenes Británicas en 2009, cuando su pariente era ya vicepresidente del país. 

El cuñado de Xi ya había aparecido como implicado en negocios opacos en 2014 a través de otra filtración del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, el mismo grupo que ha dado a conocer los Papeles de Panamá.

Respecto a Bo Xilai, antiguo ministro de Comercio y exlíder de la ciudad china de Chongqing, los documentos de Panamá mencionan al arquitecto francés Patrick Henri Devillers, amigo del político chino y de su esposa Gu Kailai, como testaferro para ellos de una firma que también tenía su sede en las Islas Vírgenes Británicas. 

Con ella se compró en secreto una mansión de lujo para Bo y su esposa por valor de 3,2 millones de dólares, situada en el sur de Francia. La mansión y el testimonio de Devillers se usaron como pruebas en los mediáticos juicios contra Bo y su esposa que los tribunales chinos celebraron en 2012 y 2013, y tras los que ambos fueron condenados a cadena perpetua (él por corrupción, ella además por asesinato de un empresario británico). 

Los Papeles de Panamá, procedentes del bufete de abogados Mossack Fonseca, también han puntado al exprimer ministro chino Li Peng, jefe del Gobierno chino entre 1987 y 1998, cuya hija Li Xiaolin, siempre según los documentos, poseía una fundación de Liechtenstein que a su vez era accionista única de otra firma en las Islas Vírgenes. 

La implicación de otros líderes en los Papeles de Panamá llega en un momento en el que el presidente chino ha lanzado una intensa campaña anticorrupción en el seno del régimen que se ha saldado con decenas de detenciones y condenas a altos cargos a todos los niveles, desde su llegada al poder en 2013.