Ante la previsión de que la vacuna para el COVID-19 no llegará hasta dentro de bastante tiempo, tres investigadores científicos de Navarra han planteado la posibilidad de utilizar una vacunación no específica como tratamiento alternativo contra el coronavirus.

De este modo, Miguel Barajas, Alfredo Resano y Eduardo Huarte (los dos primeros del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra) han presentado un informe en el que han planteado la siguiente hipótesis: "un entorno inflamatorio generado de manera anticipada y preventiva mediante el uso de una vacuna ya conocida podría potenciar la respuesta específica contra el SARS‐CoV‐2".

De acuerdo a esta idea, generar con antígenos de una vacuna conocida un "entorno" con citocinas proinflamatorias y la activación de células del sistema inmunitario, podría tener un "efecto sinérgico" con otras vacunas o para el desarrollo de una respuesta inmune efectiva contra los antígenos del COVID-19.

En este sentido, han señalado los expertos, lo ideal sería que esta "activación 'no específica' del sistema inmunitario" se administre por vía nasal, "para así maximizar los efectos de la activación local del sistema inmune en las vías respiratorias, que es el tejido diana" del COVID-19.

"Hay varios ejemplos disponibles de vacunas orales/nasales, incluida la de la gripe estacional. Por otra parte, valorando las opciones que existen actualmente en el mercado español y, en caso de no poder disponer de la vacuna antigripal por vía nasal, disponemos de una amplia experiencia en la inducción de respuestas inmunitarias inespecíficas gracias al uso de vacunas bacterianas", han indicado los investigadores.

No obstante, han explicado, "este tipo de vacunas dejaron de comercializarse en España en enero de 2018". "Pero tras haber contactado con un laboratorio nacional, nos han confirmado que su producción sigue activa para el mercado extranjero, por lo que existiría la posibilidad de disponer de ellas en caso de tener la aprobación por parte de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS)", han expresado.

Posible efectividad

Según han apuntado en el informe, "los intentos de aumentar de forma no específica la respuesta inmune adaptativa han tenido éxito en varios entornos de cáncer, y la vacuna Bacillus Calmette-Guérin (BCG) se ha utilizado como inmunoterapia contra el cáncer de vejiga para más de 40 años".

"Sin embargo, hasta donde sabemos, todavía no existe un ensayo clínico para investigar si una respuesta inflamatoria no específica facilitará el desarrollo de una respuesta inmune contra el SARS‐CoV‐2", han matizado los expertos.

Por otra parte, han añadido, "la presencia de títulos altos de IgG e IgM en el suero de las personas expuestas al SARS‐CoV-2 y el hecho de que la mayoría de los pacientes pueden erradicar el virus indica claramente que un sistema inmunitario sano puede generar una respuesta inflamatoria contra los antígenos virales".

No obstante, "la velocidad y la fuerza de esta respuesta inmunitaria varían mucho entre pacientes o grupos de pacientes, lo que explica ladiferencia en los resultados (desde un individuo asintomático hasta aquellos que requieren atención en la UCI o incluso fallecen)".