Con el puño en alto y el torso desnudo, cinco activistas de Femen abordan al arzobispo de Madrid cuando se dispone a entrar en una iglesia. Le lanzan bragas manchadas de rojo en defensa del aborto. Lara Alcázar cuenta cómo fue su reacción: "Se quedó un poco atónico. No lo esperaba porque se trataba de una iglesia de barrio y no tenían previsto que pudiera suceder algo así".
Rápidamente los párrocos salen a proteger a Rouco Varela. Entre tanto ajetrero, el arzobispo pierde sus gafas, las recoje del suelo y sigue su camino hacia el templo. Los otros sacerdotes se encargan de quitarle a las Femen de encima. "La gente que estaba con él hizo un círculo y no se podía mover. Nosotras pudimos aprovechar para lanzar nuestra consigna", relata Alcázar.
Cuando parece que vuelve la calma, una feligresa se enzarza con una de las activistas. Las otras cuatro acuden a su rescate para dejarle claro el motivo de su protesta: "Toño, sal de mi coño". A la señora no le convence la actuación de las Femen e intenta agredir a una de ellas. En palabras de la líder de femen España, "hubo gente que reaccionó de manera más violenta, y otras personas que se quedaron más boquiabiertas".
Querían decirle a Rouco Varela que no están dispuestas a que otros decidan por ellas y ya lo han hecho. "Nuestor mensaje era el de 'Toño, fuera de mi coño', lo que quiere decir que las que tenemos que legislar sobre nuestra propia vagina o nuestro propio cuerpo somos nosotras". Es la última acción de este grupo feminista, pero ni de lejos la definitiva. Aseguran que tendremos Femen para rato.