El adelanto electoral, el mes y medio de gobierno en funciones, y las cuatro votaciones de investidura terminan en la toma de posesión de Susana Díaz como presidenta del PSOE. La presidenta ha cumplido el protocolo mientras ha jurado el cargo.
En su primer discurso, ya como presidenta, ha colocado, encima de cualquier cifra económica, a los parados, dependientes, mujeres, emprendedores, empresarios. Díaz asegura que esas "son las cifras que nos deben importar, porque nos dan dignidad y evitan sufrimiento".
Por otro lado ha querido lanzar un mensaje sin destinatario que pueden recoger Podemos y PP, tras jurar el cargo ante la constitución aseverando que "algunos ponen en cuestión la Constitución y otros ignoran el sufrimiento y justifican el retroceso".
Díaz tiene un compromiso férreo, ya que como dice, "la corrupción debe ser estirpada y eliminada, es nuestra obligación conseguirlo". Todo se ha dado en una sala llena en la que se ha repetido la palabra diálogo. También por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que admitía tener "deseo de colaboración leal, diálogo entre gobiernos e instituciones".
Y con la sala hasta arriba, repleta de autoridades, también hasta arriba de detalles. Evidente el afecto desigual de Susana Díaz hacia Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez. Los siguientes en tomar posesión de su cargo son los componentes de su consejo de Gobierno, para que comience a andar la legislatura que ha empezado con retraso.