El desafío independentista de Artur Mas echa a andar, pero tropieza en su propia casa. Porque desde Chile, a su socio de partido, Durán i Lleida, no le acaba de convencer. Por eso, insiste en buscar acuerdos con el resto de formaciones.

El PSOE contrario a la independencia, tiende la mano al diálogo y lanza un mensaje a Mas: "Estamos dipuestos a dialogar, pero sin meter a Cataluña en una vía sin salida que va a confrontar con todos dentro y fuera de la comunidad".

El PP ha anunciado acciones legales contra el texto. El Gobierno lo tacha de inconsistente e incoherente y aseguran que cumplirán y harán cumplir la constitución y las leyes: "Los promotores tendrán que explicar políticamente por qué gastan el tiempo y el dinero de los ciudadanos en iniciativas que saben que con arreglo a la Constitución no pueden prosperar ni ser objeto de negociación. El Gobierno lo que no puede es negociar sobre la Constitución, que es propiedad de todos los españoles", ha afirmado tajante Soraya Saén de Santamaría.

En IU piensan ya en las consecuencias que traería la independencia: "Sería malo para Cataluña y malo para el conjunto de España, eso no sería bueno, no iba a ayudar para nada".

El único que por el momento parece apoyar la propuesta independentista, es Jordi Pujol: "Las condiciones en las que España quiere que actúe Cataluña, Cataluña no es viable tal y como la concebimos". Habrá que ver la capacidad de diálogo que tienen los dos impulsores de la propuesta.