Movimiento clave en la campaña de vacunación en España poco después de conocerse los resultados que arrojó el ensayo clínico del Instituto Carlos III. Sanidad ya cuenta con el consentimiento informado para todos aquellos menores de 60 años que recibieron una primera dosis de AstraZeneca (también conocida como Vaxzevria) y que desean completar la pauta con la misma fórmula. El Comité de Bioética avaló este viernes esta opción, aunque la recomendación del Ministerio, así como de las comunidades, es que este grupo reciba una segunda dosis de Pfizer, la solución desarrollada por BioNTech.

De momento, Andalucía ya ha anunciado que la próxima semana comenzará a inmunizar a las personas menores de 60 años que pertenecen a grupos esenciales y que ya recibieron la primera inyección de AstraZeneca. No obstante, desde la Junta han precisado que también pedirán un consentimiento informado para quienes se vacunen con Pfizer. Lo mismo harán Galicia, Castilla y León, Madrid o Murcia, que empezará a dar cita los próximos días para reiniciar la cadena de vacunación dirigida a quienes llevan ya semanas con una sola dosis de Vaxzevria. En total, casi dos millones de personas en España se han puesto la primera dosis de esta fórmula.

¿Hay alguna diferencia en este nuevo protocolo de actuación? Estos grupos pendientes de la pauta completa recibirán, como se ha venido haciendo hasta ahora, una llamada o un mensaje de texto para informarles de la hora y el lugar al que deberán acudir para finalizar el proceso de inmunización. Una vez en el centro determinado, según el territorio cambian un tanto las cosas. En principio, no se le dará a elegir a los pacientes entre una y otra solución, como podía parecer hasta ahora. Es decir, se ofrecerá directamente la de BioNTech. Sin embargo, la persona a vacunar la puede rechazar.

En ese caso, se le dará AstraZeneca como alternativa. Para ello, se deberá rellenar un formulario en el que deben incluirse datos como el nombre, los apellidos, el lugar y la fecha de la vacunación. Y también, claro, la firma. Porque con ese documento -y con la pertinente rúbrica- se certifican dos cuestiones: que se rechaza recibir una dosis distinta a la primera y que se reclama explícitamente completar la pauta de inmunización con AstraZeneca. Esta es, en definitiva, la solución que ha encontrado el Gobierno a todos los problemas que han acompañado a esta vacuna casi desde el principio.

Recomendamos que todo el personal esencial que se vacunó en su primer día con AstraZeneca complete con la misma fórmula"

Sociedad Española de Farmacia Clínica

No a todos convence. A pesar de que Pfizer es la vacuna que Sanidad y Comunidades Autónomas han acordado, hay colectivos que se desmarcan de esta decisión. La Sociedad Española de Farmacia Clínica ha pedido al Ministerio -y está recomendando- que "todo el personal esencial que se vacunó en su primer día con AstraZeneca complete con la misma fórmula. Es la petición que hacemos al Ministerio". Lo mismo sucede con sindicatos de bomberos o policías. La mayoría de este personal prefiere que la pauta se complete con AstraZeneca. Un camino que posiblemente sigan también muchos docentes.

AstraZeneca y los muchos obstáculos

Después de la aprobación por las autoridades sanitarias -entre ellas la Agencia Europea del Medicamento, que insiste en su uso- y la consecuente distribución de AstraZeneca, se observaron una serie de casos de trombo que generaron una amplia ola de temor y preocupación ante los efectos adversos que se habían observado en este remedio. Pero aunque las estadísticas indican que esos posibles eventos trombóticos sólo se pueden dar en una de cada 100.000 personas vacunadas con AstraZeneca, el conocimiento de esta información llevó a muchos países a cuestionar su uso en la población.

Entre ellos, España, que para tomar esta decisión se ha basado en los datos que ha ido recopilando por dos vías distintas: la primera, a partir de los resultados que han arrojado ensayos clínicos como el elaborado por investigadores pertenecientes en su mayoría a la Universidad de Oxford (la misma que desarrolla Vaxzevria), o el del Intituto Carlos III en el estudio sobre la mezcla de vacunas.

En el primer estudio, realizado con 448 personas -una muestra insuficiente para obtener información real sobre el impacto de esta vacuna-, se resolvió que la combinación de AstraZeneca y Pfizer puede aumentar el riesgo de tener reacciones adversas, pero de carácter leve y poco duraderas; entre ellas, dolor de cabeza, la fatiga o la fiebre. En la segunda investigación, la española se dedujo que "aquellas personas que han recibido una primera dosis de AstraZeneca pueden recibir de una manera eficaz y segura una segunda dosis de Comirnaty (Pfizer)". En este ensayo participaron 676 pacientes, una cifra también escasa.

La segunda vía que nuestro país ha tenido en cuenta para acordar la mezcla de vacunas viene directamente de Europa. En concreto, de los países que ya están empleando este procedimiento para inmunizar a su población. Aunque en territorios como Noruega o Dinamarca está suspendido el uso de Vaxzevria, en otros como Francia, Suecia o Finlandia llevan más de un mes combinando ambas fórmulas. De momento, y ninguno de estos países ha notificado ningún caso extraño o adverso raro, lo que ha dado alas a Sanidad para avalar este mismo camino.

Mezclar vacunas, un final inevitable

España también ha fijado su vista en lo sucedido en Reino Unido, que actualmente es el país que más dosis de AstraZeneca ha puesto. En total, casi siete millones que les han ayudado a convertirse en uno de los líderes de la vacunación mundial sin registrar graves consecuencias. No obstante, como ocurre en otros estados, el británico también ha puesto límites a su uso, no estando recomendada para los ciudadanos menores de 40 años. En cualquier caso, es necesario resaltar que, si bien no se hacía hasta ahora, las vacunas iban a acabar mezclándose, sí o sí. En todo el mundo, y por supuesto en la Unión Europea.

La UE ya anunció que no iba a renovar sus contratos con AstraZeneca. Esto es, que ninguno de los estados miembro iba a recibir más inyecciones de la fórmula Oxford para una posible tercera dosis, o para vacunar de manera anual si fuera necesario. La razón, al margen de los episodios de trombos registrados con este remedio que hicieron mover los cimientos de la campaña de vacunación, ha sido los problemas que ha dado la propia farmacéutica como proveedora de su producto, destacando por sus retrasos en las entregas o por no garantizar las mismas. En contraposición, Europa ha estado ampliando y firmando nuevos contratos con Pfizer como alternativa principal para poner fin de una vez a la pandemia.