Las últimas conversaciones desveladas de la investigación del Plan Rabasa han destapado a Enrique Ortiz en el papel de conseguidor. Todos acudían a él. Incluso el exfiscal jefe de la Audiencia Provincial de Alicante, José Antonio Romero, para que colocara a su hijo por medio de Luis Díaz Alperi.

Favor que quizás le debía cuando cuatro años antes el fiscal se había negado a admitir a trámite una denuncia contra Alperi por el caso de Mercalicante. En otra llamada en 2009, el constructor llamó al sobrino de Juan Cotino para felicitarle porque el expresidente Camps lo había cambiado de Consejería.

Bajo la sospecha de la corrupción un día más, la oposición en bloque exige la dimisión de Cotino. El empresario alicantino Enrique Ortiz está imputado en los casos Gürtel y Brugal.