En los territorios que ya se encuentran en la fase 1 de la desescalada, los establecimientos comerciales de menos de 400 metros ya pueden abrir sin la exigencia de cita previa prevista en la fase 0. Sin embargo, deben obedecer estrictas medidas de seguridad, por lo que se han preparado para ello con geles, mascarilllas e incluso EPIS.

Así, nada más poner un pie en la tienda de ropa de caballero de Álvaro Moreno, en Sevilla, al cliente se le desinfectan los zapatos y se encuentra con un dispensador de mascarillas, guantes y gel desinfectante.

Cada prenda que alguien se prueba y no se lleva es desinfectada y, como deferencia hacia los clientes que teman que la ropa que compren se pueda contaminar por el camino, les ofrecen llevársela a su domicilio extremando las medidas de seguridad. "En máximo 24 horas lo van a recibir en su casa", explica el propietario.

Por su parte, Isabel elige desinfectar cada prenda probada en su boutique con una vaporeta higienizante, a la espera de disponer de una máquina de ozono. "Si no le quiero pasar la plancha y quiero dejar la prenda más tiempo en cuarentena, durante 48 horas, la dejo y ya está", apunta.

Además, cada vez que un cliente sale de un probador, este tiene que ser desinfectado al momento. Son algunas de las normas que deben seguir los comerciantes para poder abrir sus tiendas de menos de 400 metros cuadrados en la fase 1.

Se les permite un aforo máximo del 30%, los clientes deben respetar la distancia de seguridad de al menos dos metros, deben disponer de geles higienizantes y ofrecer atención prioritaria a los mayores de 65 años. De igual modo, desinfectarán sus instalaciones como mínimo dos veces al día, limitarán el uso del ascensor o el montacargas y los aseos continuarán cerrados para los clientes, excepto en casos de extrema necesidad.

El taller del Grupo Breogan de Oleiros, A coruña, ha abierto sus puertas también este lunes, con espacios separados por mamparas, EPIs, test de coronavirus superados y marcas en el suelo para señalizar la distancia de seguridad. Verónica Grela, jefa de postventa del grupo, explica que los trabajadores "llevan mamparas cubrepantallas, máscaras y guantes".

Además al ser concesionario además de taller, puede abrir independientemente de su superficie en la fase 1, al igual que las ITV y los centros de jardinería y viveros.