En una rueda de prensa, celebrada en la sede de IU, han indicado que ya estaba pactado un acuerdo marco para ir juntos a las elecciones de mayo: locales, autonómicas y europeas. El adelanto electoral de las generales les ha obligado a cerrar un nuevo preacuerdo que incluya los comicios del 28 de abril, ya que el plazo para registrar las coaliciones concluye el 15 de marzo.

Los inscritos de Podemos ya decidieron en una consulta cerrar este acuerdo con IU y ahora serán las bases de Izquierda Unida las que tendrán que pronunciarse.

Las dos organizaciones daban prácticamente por hecho la continuidad de su alianza para los futuros comicios, pero el adelanto electoral para finales de abril anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace dos semanas, ha obligado a acelerar los plazos, ya que las coaliciones deben registrarse antes del 15 de marzo.

Las direcciones estatales de Podemos e IU cerraron en mayo del año pasado un acuerdo marco para confluir, salvo excepciones, en las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo, que ha servido de base para negociar los acuerdos que se están cerrando en todos los niveles, allí donde ha sido posible.

Sin embargo, era necesario redactar uno específico para estas elecciones generales, para adaptarse al nuevo escenario que afrontan las organizaciones de Pablo Iglesias y Alberto Garzón. De este modo, tampoco valía el que cerraron en mayo de 2016 los dos líderes, conocido como 'el pacto de los botellines' -por la foto que ambos se hicieron mientras lo celebraban-.

En aquella ocasión, la alianza se selló a cinco días de que se cerrara el plazo para registrar coaliciones, por lo que las negociaciones para el reparto de puestos se llevó a cabo de urgencia, y sin primarias conjuntas. En esta ocasión también se descartan esas primarias conjuntas dado que los plazos vuelven a ser ajustados.

Las negociaciones en 2016 dieron como resultado el quinto puesto de la lista por Madrid para Garzón, tras Iglesias, Montero, el 'exnúmero dos' de Podemos Iñigo Errejón y la ahora exdirigente Carolina Bescansa. Además, IU acordó que su presencia en la listas se basaría en la proporción de 1 a 6, tomado como referencia una estimación de los escaños que habrían logrado en las generales del 2015 si hubiera concurrido juntos, y no por separado -unos 58 diputados, según sus cálculos-.

Las exigencias de IU han sido ahora más elevadas, ya que las expectativas de voto de la coalición, según las encuestas, no son precisamente buenas, y la mayoría apuntan a un posible descenso de los apoyos hasta el 15%, frente al 21% que sacaron en 2016.

Dado que lograr escaño se presenta ahora más complicado que en los últimos comicios, la organización ha defendido situar a sus diputados en puestos más privilegiados. En los acuerdos para las europeas, autonómicas y municipales la proporción que están negociación es la de tres puestos de cada 10.