Los sindicatos esperan que el Gobierno modifique la reforma laboral antes de las elecciones, pero no ocultan su intranquilidad. El tiempo pasa y los cambios prometidos siguen sin llegar.

Pedro Sánchez se ha reunido con los líderes sindicales y empresariales, pero el presidente ha evitado el asunto en un acto sobre empleo, en el que no ha aclarado que hará con la reforma laboral de Rajoy, lo que ha inquietado a los sindicatos.

El presidente se ha limitado a anunciar el compromiso de "extrender la normativa laboral y también la protección social a las nuevas formas de empleo".

Los sindicatos creen que el presidente, por sus declaraciones, podría estar "más frío", y por eso en plena precampaña presionan al ejecutivo socialista. Los sindicatos quieren que se registren las horas de entrada y salida para controlar las horas extras, volver a la ultractividad para que no decaigan los convenios una vez caduquen, la primacía del convenio sectorial sobre el de empresa y limitar la subcontratación :"No tiramos la toalla, es perfectamente posible plantear un decreto", ha asegurado el secretario general de CC.OO.

Los empresarios también se han mostrado desconfiados por si finalmente se producen los cambios: "Los atajos son de corto plazo, y los de largo plazo son aquellos a los que se llega mediante diálogo social", ha declarado el presidente de CEOE.

La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha llamado a la calma: "Tenemos disensos, pero que no llegue la sangre al río". Aunque ha evitado responder de forma directa.