El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha ensalzado la "reacción ejemplar" de las jugadoras de la Selección Española Femenina de Fútbol ante las "actitudes y discursos bochornosos" del presidente suspendido de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, y ha dado a entender que no puede seguir al frente de la federación.

"Uno no puede aspirar a representar a España y dejar mal a España con actitudes y con discursos que nos abochornan y que no nos representan", ha afirmado Sánchez este sábado en Málaga en un acto del PSOE, en referencia al presidente suspendido de la RFEF, del que no ha pronunciado su nombre.

Sánchez se ha mostrado contundente al respecto y ha afirmado que para él la "marca España" es la reacción de las jugadoras de la selección femenina tanto dentro como fuera del campo. "Se acabó y ese se acabó es con todas las consecuencias, también para los dirigentes que se han visto involucrados en estos lamentables sucesos", ha declarado el líder del PSOE en un acto del partido.

Estas han sido las primeras palabras del presidente tras conocer la resolución del Tribunal Administrativo del Deporte. Para Sánchez, las jugadoras no han ganado una, sino dos veces: "Una en el campo y otra dando una lección al mundo de igualdad".

La Ley del Deporte solo permite suspender desde el CSD a Rubiales en 48 horas con un expediente calificado como "muy grave". Sin embargo, al ser calificado solo como "grave", el Gobierno ha pedido una medida cautelar para la suspensión temporal de Rubiales hasta que la resolución sea definitiva. En este sentido, el periodista de laSexta Alfonso Pérez Medina, periodista de laSexta señala que "ahora mismo la única suspensión que pesa sobre él y que le aparta del cargo es la que ha acordado la FIFA, pero tiene una fecha de caducidad de 90 días".

El ministro de Cultura en funciones, Miquel Iceta también dejó claro este viernes que "se acabó": "Lo ha dicho el Consejo Superior de Deportes, el Gobierno, las jugadoras y la FIFA", subrayó.

Rubiales, por su parte, sigue insistiendo en su verdad en su último comunicado, en el que defiende que "en ningún momento hubo agresión alguna". "Es más, tan siquiera hubo la más mínima incomodidad, sino un júbilo desbordante en ambos. Repito, con consentimiento de ambas partes", asegura, aunque reconoce, según dice, "errores evidentes" durante la celebración del Mundial: "El pasado día 20 de agosto cometí algunos errores evidentes, de los que me arrepiento sinceramente de corazón. (...) He aprendido que por grande que sea la alegría y profunda que sea la emoción (...) a los dirigentes deportivos se nos debe exigir un comportamiento ejemplar, y el mío no lo fue".

Pese a que el dice que nota el apoyo creciente en las calles hacia su persona, este viernes las calles de ciudades como Motril no decían lo mismo. Ni tampoco en capitales como Valencia, Sevilla, Barcelona o Madrid, donde pedían su suspensión definitiva.