La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera que la reforma laboral de 2012 en España va en la dirección correcta, ya que ha contribuido a aumentar la contratación indefinida y la flexibilidad interna, a reducir los despidos colectivos y a moderar los salarios. No obstante, recomienda nuevos ajustes dirigidos a abaratar el despido, ampliar los periodos de prueba y disminuir la discrecionalidad de los tribunales para invalidar despidos colectivos.
La OCDE ha presentado su informe de evaluación de la reforma laboral, en el que pone de manifiesto que son necesarios cambios adicionales para bajar la tasa de paro, sobre todo entre los jóvenes y los parados de larga duración, y para reducir la segmentación del mercado laboral, en el que la mayoría de los contratos siguen siendo temporales.
En este sentido, la OCDE propone que se establezca la figura del despido colectivo improcedente, para evitar la posibilidad de que los tribunales invaliden los ERE y ordenen la reincorporación a los puestos de trabajo extinguidos. Asimismo, pide aumentar la duración de los periodos de prueba de los contratos indefinidos, ya que cree que las empresas tienden a usar la contratación temporal para probar a los nuevos trabajadores antes de decidir si los incorporan definitivamente a la plantilla.
También dice que hay que abaratar la indemnización por despido en los contratos indefinidos para tratar de acercarla a la que se paga en el caso de los contratos temporales y, en particular, habla de reducir los mayores costes que soportan las grandes empresas al acometer despidos colectivos. Además, reclama una mayor integración entre las políticas de empleo activas y pasivas para poder reincorporar con éxito a los trabajadores en paro al mercado laboral y para garantizar que el cobro del subsidio por desempleo y los servicios públicos de empleo son capaces de animar y ayudar a encontrar trabajo.
Entre los elementos positivos de la reforma laboral, la OCDE destaca que ha contribuido a promover la contratación indefinida, fundamentalmente entre las pymes, gracias a las ventajas del nuevo contrato de apoyo a los emprendedores. De acuerdo con su análisis, la reforma podría haber creado unos 25.000 nuevos contratos indefinidos al mes, la mayoría en las empresas con menos de 100 empleados, lo que achaca a la relajación de las normas de despido.
En consonancia con ello, la OCDE dice que la reforma también ha ayudado a reducir el tiempo que se pasa en el desempleo y que hay indicios de una transición más rápida al empleo indefinido, en particular para los trabajadores que se quedaron en paro tras un contrato temporal. También ha detectado que las bajas laborales han descendido tras la reforma, en especial en el caso de los contratos temporales.
De la flexibilidad interna destaca su utilización como alternativa al despido y dice que, junto con la negociación colectiva, ha ayudado a una significativa moderación salarial, aún a pesar de que la contención de los salarios también es resultado de la propia crisis y de los recortes aplicados en el sector público. Sin embargo, señala que todavía no es posible decir si la reforma laboral va a restaurar la competitividad a medio y largo plazo o si el avance en este terreno es consecuencia de las condiciones cíclicas adversas.
Añade que su impacto por el momento es reducido y que llevará tiempo que la dualidad del mercado laboral, diferencias entre trabajadores temporales e indefinidos, se reduzca de forma significativa. Además, dice que "está por verse" si la reforma laboral de 2012 será suficiente para transformar el mercado de trabajo español en uno que combine flexibilidad, equidad y seguridad de los trabajadores.