Los restos de cuatro guerrilleros asesinados por el franquismo, una mujer y tres hombres, han sido entregados a sus familiares en un homenaje en la localidad coruñesa de Val do Dubra. Entre aplausos, los han depositado en el escenario de un auditorio, cubiertos con la bandera gallega y una rosa blanca.
La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica lleva casi dos años reclamando sus restos, desde que los exhumaron en la fosa común de Paramos. "Algunos son hijos de estas personas que llevan toda la vida esperando este momento y este tipo de actos siempre son una enorme carga emotiva", ha dicho Bonifacio Sánchez, portavoz de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica.
"Preferiría que me lo hubierais dado cuando estaba vivo", se ha expresado emocionada Ermitas, hija de una de las víctimas del franquismo. Perdió a su padre cuando tenía 13 años y, por fin, después de casi 70 años, se reencuentran. Otros también tenían la esperanza de encontrar a su familiar perdido en la fosa, pero las pruebas de ADN les obligan a seguir buscando.
Algunos vecinos de la localidad, incluso, fueron obligados a participar en los enterramientos. Julio, siendo apenas un niño, tuvo que cavar la fosa: "El cura que llevaba la parroquia dijo: esta gente no puede enterrarse en sagrado". Pero, después de la espera, por fin podrán descansar junto a su familia.