Dos años del 23J

Incertidumbre parlamentaria, sin presupuestos y con el desgaste judicial: Sánchez supera "ni tan mal" el ecuador de la legislatura

La otra cara El presidente del Gobierno saca pecho de sus logros tras dos años del 23J y confía en terminar el mandato a pesar de los escollos parlamentarios y del desgaste producido por el caso Cerdán y el resto de frentes judiciales que le persiguen.

Pedro Sánchez, en el Congreso. Pedro Sánchez, en el Congreso. Eduardo Parra / Europa Press

Hace dos años, los españoles votaban por primera vez en pleno verano en unas elecciones generales que volvieron a dar como resultado una aritmética parlamentaria muy complicada. No es de extrañar el cierto triunfalismo con el que Pedro Sánchez ha defendido los éxitos conseguidos una vez alcanzado el ecuador de su legislatura más difícil: "Si de siete leyes hemos aprobado seis, ni tan mal", espetó el presidente del Gobierno, al ser preguntado sobre su intención de acabar el mandato y tras un pleno 'escoba' en el Congreso en el que no sacó adelante la medida más importante que se sometía a votación.

Reconocen las dificultades, sí, pero al final el Ejecutivo sacó pecho de las votaciones superadas en el último pleno del Congreso antes de las vacaciones de agosto, a pesar de que los votos del PP y de varios de sus aliados de investidura llevaron a derogar el decreto 'antiapagones'. Un pleno que bien resume lo que han sido estos dos complejos años repletos de dificultades para aprobar cualquier cosa. Lo que no esperaba aquel Sánchez del 23 de julio de 2023 -que no ganó las elecciones y sacó 16 escaños menos que el PP-, es sufrir el golpe de la corrupción en su partido, el caso Koldo-Ábalos-Cerdán, tras lo que se planteó incluso dimitir, según confesó.

La incertidumbre parlamentaria ha sido una constante en estos dos años, empezando por la investidura. Sánchez consiguió los votos de ERC, Junts, PNV, EH Bildu, BNG y Coalición Canaria, junto con los de los diputados socialistas y de Sumar, para volver a ser presidente, pero ese apoyo vino acompañado de muchas turbulencias, especialmente con Junts, cuyos siete diputados han provocado que el Gobierno perdiera más de una votación parlamentaria e incluso la paralización temporal de una ley clave para su respaldo, la de amnistía.

La amnistía fue la carta con la que jugaron los de Puigdemont para condicionar su apoyo a Sánchez. PSOE y Junts finalmente llegaron a un acuerdo en noviembre de ese año tras unas negociaciones lideradas por Santos Cerdán, hoy en prisión, paradójicamente.

Otro ejemplo de las dificultades legislativas fue que el orden del día del pleno del Congreso de este martes no incorporó la reducción de la jornada laboral que impulsa la vicepresidenta Yolanda Díaz por el bloqueo de Junts.

Los miles frentes que le acechan

Esta dependencia de Junts, que ha hecho, entre otras derrotas, que el Gobierno no haya aprobado unos presupuestos del Estado aún, ha llevado a críticas internas en el PSOE, especialmente del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, quien ha calificado las últimas cesiones a los catalanes como un "atentado". Sobre los presupuestos, las posiciones de los socios de investidura auguran muchas dificultades para que puedan aprobarse los de 2026.

Pero el frente parlamentario es uno más de todos que le acechan, también en los tribunales, con el caso investiga a su esposa, Begoña Gómez, y la fijación del juez Peinado en querer aletargar la causa e implicar a Moncloa. El Supremo frustró el intento del juez de imputar a Félix Bolaños en el caso, pero la imagen del juez visitando Moncloa para tomar declaración al ministro de la Presidencia, o la del propio Sánchez declarando como testigo ya dio suficiente combustible a la oposición para cuestionar su legitimidad.

Por otro lado está el caso de su hermano, David Sánchez, que tendrá que sentarse en el banquillo por tráfico de influencias y prevaricación.

Al menos, los socios en el Congreso dieron un respiro al presidente en el Pleno extraordinario en el que presentó medidas anticorrupción tras el caso Koldo y la situación provocada por Cerdán. Eso sí, le han advertido que "se ponga las pilas", tanto desde Sumar como Junts. El líder socialista respondió con un plan de medidas anticorrupción y un aumento de los controles internos en su partido, después de repetidas peticiones de disculpas a los ciudadanos por haber confiado en quien no debía.

Con todo ello, el Ejecutivo lleva días haciendo un balance positivo de su legislatura. Ya en previsión del posible fracaso del último pleno, el Gobierno defendió que, pasara lo que pasara, el balance de leyes aprobadas en lo que va de legislatura "ya es un éxito". Un éxito que se ha hecho muy largo, pues han sido dos años como dos legislaturas. Queda ver si, apesar de todos los frentes, Sánchez aguanta, como pretende, a terminar su mandato en 2027.