En el registro de la Guardia Civil a la vivienda de Francisco Javier Espinosa, general retirado de la Guardia Civil implicado en el 'caso Mediador', los agentes han encontrado fajos de billetes por valor de 61.110 euros. Billetes que escondía en cajas de zapatos y envueltos en rollos de ropa.

Además, se ha acreditado la existencia de una contabilidad en B. En el registro se ha encontrado una cartulina con una cuenta bancaria anotada cuya numeración coincide con la que el propio Espinosa le da al intermediario Antonio Navarro Tacoronte, alias 'El Mediador', en uno de los audios del sumario. La jueza a cargo de la causa cree que todo este dinero dinero sería de procedencia "ilícita".

Así se revela en el auto de prisión al que ha tenido acceso laSexta. El exgeneral lleva en prisión desde el 16 de febrero y es que la jueza considera que en su caso "existe riesgo de fuga y de destrucción de pruebas".

La magistrada escribe que el general admitió al declarar ante ella que le habían pagado "comidas y viajes a Fuerteventura y Las Palmas" y que recibió a empresarios en su despacho en la sede central de la Guardia Civil en Madrid. También, que "reconoció parcialmente que había pedido tarjetas prepago". No obstante, negó en esta misma declaración "haber recibido dinero".

Pero la juez apunta a que el dinero requisado en su casa de Madrid "respondería a esos pagos en B y de dudosa procedencia, a la vista de su investigación patrimonial que obra en autos". Concretamente, la jueza sospecha que ese dinero proviene de las comisiones que, presuntamente, cobraba el general a empresarios a cambio de facilitarles negocios. A cambio, los empresarios sufragaban viajes para ver a su amante a la que pusieron de apodo 'el chocho volador'.

Como conclusión, la instructora deja constancia en el auto de que aprecia pruebas de que el general cobró comisiones en efectivo, en tarjetas prepago y en especie (viajes, comidas y hoteles, entre otros gastos) de varios empresarios interesados en beneficiarse de sus influencias.

También deja registrado que pidió a uno de ellos, al empresario Antonio Bautista, que contratara a su amante en su empresa por 3.000 euros al mes. A cambio, le prometió conseguir un contrato para su empresa en Cabo Verde por valor de 35 millones de euros, de los que el 10% se los quedaría el general. También contratos en Las Palmas y en varios países del Cuerno de África.

Por todo ello, el investigado sería, según se describe en el auto, una pieza clave en la trama criminal. "Era esencial por sus contactos y la capacidad para transmitir confianza a los distintos empresarios", se detalla en el texto.