Izquierda Unida ha considerado una "anomalía democrática" que una organización como la Fundación Francisco Franco gestione la finca del Pozo de Meirás y advierte: "Sería inconcebible que en Alemania la familia de Hitler ostentara privilegios generados a partir de la usurpación de bienes durante la barbarie nazi y que, además, se permitiera a una organización filofascista realizar visitas guiadas para alabar al genocida". La formación nacionalista gallega BNG ha cuestionado también si "sería admisible que en Alemania o Italia existiesen palacios y fundaciones dedicados a exaltar la memoria de Hitler o Mussolini".

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha rechazado que el Pazo de Meirás haya sido utilizado para hacer apología de la dictadura, pero ha invitado a la Fundación Francisco Franco a actuar con "mesura y proporcionalidad" y a "rectificar".

Entre las iniciativas de las formaciones políticas de izquierda figuran también cortar la financiación pública a la Fundación privada cuya ofensiva revisionista ha avivado la polémica sobre un palacete que conserva libros, cuadros, trofeos de caza y otros recuerdos del Caudillo.

La Xunta de Galicia declaró en 2008 esa propiedad como bien de interés cultural, lo que obliga a la familia de Franco a organizar visitas cuatro días al mes, una decisión que corroboró el Tribunal Supremo en 2010 tras varios recursos judiciales de la familia Franco, muy reacia a abrir sus puertas a miradas ajenas.

La Fundación Franco, que asumió hace un par de meses la gestión de esas visitas por encargo de la única hija del fallecido dictador, Carmen, indicó en un comunicado esta semana que es una "excelente oportunidad para mostrar al gran público la grandeza de la figura de Francisco Franco", lo que ha suscitado reacciones adversas.