El rey Felipe VI pidió a la Asamblea General de la ONU apoyo para el ingreso en el Consejo de Seguridad de "una España renovada", comprometida con los valores de Naciones Unidas, capaz de superar las dificultades, que rechaza el fanatismo y la intolerancia y "demanda integridad y ejemplaridad".

En su primera intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, menos de tres meses después de su proclamación, el monarca reivindicó "con orgullo y emoción" el sistema forjado durante la transición a la democracia, "que ampara a todos los ciudadanos y a los distintos territorios de España en su diversidad política, geográfica, cultural y lingüística".

"La economía española se sitúa "entre las primeras del planeta"

Han pasado casi 30 años desde la primera intervención de mi padre el rey Juan Carlos ante esta Asamblea General; hoy, como entonces, España se abre a un tiempo nuevo" y "asumimos nuestro lugar como miembros activos y responsables de la comunidad internacional aquí representada", proclamó Felipe VI.

Garantizó "la participación activa" de España en la defensa de "una Humanidad en paz, cada vez más próspera y justa", y de unas Naciones Unidas no sólo más fuertes, sino sobre todo "más unidas contra el fanatismo, la intolerancia, la barbarie, para luchar contra la marginación, para defender la dignidad del ser humano y "para que la educación y la sanidad alcancen a todos". "Nuestros mejores momentos tienen lugar cuando avanzamos abiertos y volcados al mundo", subrayó el rey al exponer la contribución que "una España renovada, pero fiel a sí misma", puede ofrecer en favor de la paz, la libertad, la justicia y los derechos humanos, así como del bienestar y la prosperidad.

En este punto, presentó a la sociedad española como "un ejemplo de compromiso con la dignidad de las personas, solidaria con los más desfavorecidos", con un "profundo sentido de la igualdad", que "rechaza el fanatismo, la violencia y la intolerancia y ama la paz". "Es una sociedad diversa en su cultura y en sus lenguas, capaz de superar dificultades con entereza y con sentido de la responsabilidad, y que demanda integridad y ejemplaridad como valores cívicos intrínsecos a la democracia", recalcó el rey, que se mostró "verdaderamente orgulloso" de esta sociedad española "fuerte y generosa, con empuje".

También señaló que, "sin olvidar los efectos de la crisis", la economía española se sitúa "entre las primeras del planeta y entre las más abiertas y competitivas", antes de reafirmar el apoyo "sin fisuras" de España a un desarrollo global y sostenible "que genere empleo y proteja a las personas y a sus derechos sociales".

No olvidó tampoco mencionar "la pujanza del español", que "debe asumir ampliamente su definición formal de idioma oficial en la ONU como lengua de trabajo y de plena presencia y representación", tras lo que garantizó el compromiso de España "en defensa de la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y en todos sus ámbitos".

Después de resaltar la "responsabilidad activa" de España con "la soberanía nacional, la independencia y la integridad de los Estados", dedicó la parte central de su discurso a pedir al resto de naciones de la ONU que renueven su confianza en este país y voten su candidatura para un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad durante el bienio 2015-2016.

España desea así "servir más y mejor" a una comunidad internacional en la que ya se ha consolidado como gran contribuyente a la cooperación al desarrollo, ha participado con 130.000 militares en operaciones humanitarias y de mantenimiento de la paz, ha demostrado ser una nación "solidaria" y ha creado el primer fondo para los objetivos de desarrollo sostenible.

En el tramo final de su intervención, lanzó un llamamiento a acabar con los conflictos del continente africano y expresó la solidaridad del pueblo español con las víctimas del ébola y su apoyo "a quienes hacen todo lo posible por socorrerlas, a veces a costa de su propia vida".

Poco antes, había resaltado la "voluntad e interés" de España por contribuir a la estabilidad de Oriente Medio y el mundo árabe, algunas de cuyas regiones sufren "el azote de una barbarie intolerable, una violencia criminal y atroz que amenaza a todas las sociedades del planeta". Tras desgranar los compromisos de su país con una Europa "fuerte y solidaria" y con la Comunidad Iberoamericana, el rey reafirmó la apuesta de España por la resolución pacífica de conflictos con una mención al "Guernica" de Picasso e instó a actuar también contra los casos de violencia y maltrato que sufren mujeres, niños, ancianos abandonados, familias en la miseria o periodistas.

El monarca, cuya agenda incluye un encuentro con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y una reunión con el presidente polaco, Bronislaw Komorowski, completa tras el almuerzo del plenario de alto nivel de la Asamblea su presencia en las Naciones Unidas y, acompañado por la reina Letizia, ofrecerá una recepción a las delegaciones asistentes con la que cerrarán su visita a Nueva York.