Tras el anuncio de Trillo, los familiares de las víctimas afrontan su siguiente batalla, han entregado en el Ministerio de Exteriores más de 130.000 firmas, logradas gracias a Infolibre y Change.org. Con ellas y con una carta dirigida al ministro Dastis piden una destitución real. "Trillo nunca debió ser embajador. Aún se pueden hacer bien las cosas, 14 años después", afirma Curra Ripollés, portavoz de la Asociación de Familias de Víctimas del Yak-42.

Para ellos, hacer bien las cosas pasa porque el Gobierno hable claro y es que ni en boca de Federico Trillo ni de ningún miembro del Ejecutivo han escuchado las palabras que esperan: destitución o dimisión. "Relevar es no admitir culpa. Una destitución es una declaración real de negligencia", afirma Miguel Ángel Sencianes, presidente de la Asociación de Familias de Víctimas del Yak-42.

Además, explican que solo irán al Congreso a presenciar la comparecencia de Cospedal si son invitados oficialmente por la presidenta de la Cámara.