Tres horas de debate dan para mucho... hasta para sacarse de la manga todo tipo de reivindaciones. "Viva el pueblo vasco libre" sonaba en el hemiciclo de boca de Cuadras. Y no ha sido el único que ha llevado el debate sobre la ley de abdicación a su terreno.
El diputado de Esquerra, Alfred Bosch, ha proclamado la República de Catalunya. Discursos tan variopintos que han degenerado en insultos, abucheos y llamadas al orden de un Jesús Posada, un presidente de la cámara qe ya no sabía ni que decir. Al final, ofrecía alternativas como la de "quien no quiera atender que se vaya al bar".
Izquierda Unida ha intentado ir a los resultados de las elecciones europeas, quizá preocupados por la dispersión de la izquierda y así colaban el mensaje del antibipartidismo.
Los socialistas también han hecho terapia interna para justificar el voto a favor, teniendo esencia republicana. Y sólo Odón Elorza ha roto la disciplina de voto con su abstención.
Hasta Rajoy en la tribuna ha aprovechado para hablar de sus progresos en la economía. Eso sí, la "forma del Estado no está en la orden del día", decía. Eso sí, votar solo podía ser sobre la ley de abdicación y más de uno ha abandonado el escaño.