Entre enero y marzo de este año la Cámara Baja destinó 999.791,98 euros para sufragar viajes de diputados dentro del territorio español, tanto a su circunscripción como a destinos para participar en actos políticos, lo que supone un gasto medio de 2.856,54 euros por parlamentario.
Esta cantidad incluye desplazamientos en medios de transporte colectivos (avión, tren, etc) y el kilometraje en vehículo privado. Van incluidos también en la cifra los gastos de gestión con la agencia de viajes de la Cámara, las cancelaciones y los cambios, así como los billetes pendientes de uso.
Se trata de la cifra más alta desde principios de 2015, cuando se pagó 1,02 y 1,18 millones en los dos primeros trimestres. El pasado año, en el que hubo elecciones en junio y no se formó Gobierno hasta noviembre, la cifra más alta se abonó en el periodo de octubre a diciembre, cuando se gastaron 877.128,92 euros.
La mayor parte del gasto total en viajes nacionales en este primer trimestre, 911.245,28 euros, corresponde a la actividad parlamentaria de sus señorías, es decir, viajes a su circunscripción. A esa cantidad se suma lo destinado a abonar viajes para actos políticos, que ascendió a 87.845,09 euros, y para viajes institucionales (otros 701,61 euros).
La Mesa del Congreso ha acabado este año con las dietas que venían cobrando los diputados por viajes oficiales en el extranjero y las ha sustituido por un sistema de abono de gastos debidamente justificados.
Hasta ahora, los diputados recibían una dieta de 150 euros por cada día que estuvieran en el extranjero por un viaje oficial, que por supuesto siempre debe ser "expresamente autorizado" previamente por la Mesa.
En todo el año pasado, el Congreso destinó un total de 4,82 millones en sufragar viajes parlamentarios: 3,77 millones de euros para sufragar viajes de diputados dentro del territorio español y algo más de un millón en viajes oficiales al extranjero.