Al grito de "independencia" llegan las primeras reacciones de los socios de Artur Mas. Oriol Junqueras, presidente de Esquerra, celebraba la convocatoria de la consulta volviendo a llamar a la desobediencia: “Si alguien intenta impedir que estos ciudadanos voten, ¿qué significa desobedecer? Desobedecer significa votar. Cuando los ciudadanos quieren votar y alguien les prohíbe votar, desobedecer significa votar”.

Porque este sábado, tal y como apuntaba Duran i Lleida, es un día histórico para Cataluña. Histórico sí, pero para el líder de Ciutadans por la irresponsabilidad del presidente Mas: “Es verdad que es un día histórico, es el día de un irresponsabilidad histórica y creemos que la historia juzgará a aquellos que han intentado dividir a los catalanes entre sí, separarnos del resto de españoles y sacarnos de la Unión Europea”.

Algo parecido denuncian los populares catalanes, Sánchez Camacho ve en este decreto una traición a la democracia: “Un referéndum de separación es grave porque está basado en una ilegalidad. Es una traición a la democracia, es una traición a la ley de leyes y a las reglas del juego democrático”.

Pero el Govern defiende a capa y espada un decreto que dicen es "impecable" aunque la vicepresidenta ya ha anunciado que lo recurrirá, pero desde la calle la Asamblea Nacional le responde con la ley catalana en la mano: “Nosotros tenemos una ley de consulta, nosotros vamos a total de acuerdo con la legalidad catalana, totalmente legal” ha afirmado Carme Forcarell, líder de ANC.

El PSC acusa a Mas de crear falsas expectativas porque creen que la convocatoria de una consulta que no se va a celebrar: “Está levantando unas falsas expectativas y va a generar una gran frustración porque esta consulta con esta pregunta no se celebrará de forma legal el 9N” ha dicho Miquel Iceta. Será el Constitucional el que marque la línea legal de esta convocatoria.