Roberto Fernández es el portavoz adjunto del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza. Lleva en política desde hace más de treinta años, pero se acaba de hacer famoso en toda España por echar una cabezada el pasado viernes en una sala contigua al pleno. La foto se ha difundido por las redes sociales y whatsapp, desatando una oleada de críticas.

"Estuvo por lo menos cuarenta minutos de siesta mientras estábamos en pleno y el alcalde estaba hablando", denuncian desde Zaragoza en Común, el partido del gobierno municipal, que lamenta "la actitud poco edificante" de Roberto Fernández.

Pero en el PSOE explican que el político tiene "problemas de salud y problemas de sueño" y se sintió indispuesto. "Salió cinco minutos del pleno, que duró diez horas, porque sintió una bajada de tensión y tenía que descansar algo", aseguran los socialistas. En el partido insisten en que Fernández no se escondió y la sala escogida estaba a la vista de todo el ayuntamiento, ya que se usa en ocasiones como sala contigua al pleno para servir comida o café durante las sesiones.

El pleno zaragozano del viernes no fue precisamente tranquilo. Los representantes de Podemos y PSOE se lanzaron acusaciones como “payaso”, “fascista”, “caradura” u “homófobo”, según cuenta Heraldo. Normal que Fernández necesitase algo de tranquilidad.