Por mucho que haya preparado su discurso, Artur Mas sabe que tiene la situación más que complicada para ser investido president de la Generalitat en la primera votación.
El president en funciones necesita el apoyo de la CUP para repetir en el cargo, pero no cuenta con el mismo, de momento. La frialdad de las relaciones con sus compañeros de viaje hacia la independencia se ha consolidado a lo largo del proceso.
De hecho, tras la intervención de la portavoz de la CUP, ni Mas ni sus consejeros aplauden desde sus escaños. Si la candidatura de Mas no consigue mayoría absoluta, los parlamentarios volverán a votar el jueves. Entonces, sólo será necesario el 'sí' de dos diputados de la CUP.
Si ni aun así sale elegido, la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, puede volver a proponer el nombre de Mas o el de otro candidato hasta el 10 de enero. Desde la CUP han mostrado su simpatía por nombres como Raül Romeva o Neus Munté. Esta última ya se ha desmarcado.
"No hay ninguna posibilidad de que sea yo. Pido que no se juegue con los nombres", ha señalado la vicepresidenta de la Generalitat en funciones.
Por su parte, Antonio Baños, líder de la CUP, ha vuelto a insistir en que no darán su apoyo a Mas. Desde Catalunya sí que es pot no dan el visto bueno a los nombres que se barajan como alternativa.
"Nosotros hemos dicho de manera bien clara que no vamos a votar a ninguno de Convergència", ha señalado el portavoz parlamentario de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela.
Si para la fecha limite no hay acuerdo de investidura, la ley prevé que se repitan las elecciones que se celebrarían en marzo. Una opción que no gusta ni en la CUP ni en Convergència y que implica volver a movilizar al electorado independentista.