Meritxell Batet, Manuel Cruz, Lidia Guinart, José Zaragoza, Marc Lamua, Mercé Perea, Joan Ruiz, Margarita Robles, Zaida Cantera, Odón Elorza, Susana Sumelzo, Rocío de Frutos, Sofía Hernanz, Pere Joan Pons y Luz Martínez Seijo.

De los 15 diputados socialistas que han roto la disciplina de grupo votando en contra de la investidura de Rajoy, siete son miembros del PSC, dos fueron en la lista por Madrid como independientes, cinco son militantes sin cargo orgánico y una es dirigente del PSOE de Castilla y León.

Estos diputados socialistas serán sancionados previsiblemente por la dirección de su grupo con multas de 600 euros, sin perjuicio de que la gestora pueda iniciar, por su parte, el procedimiento estatutario que conduce a su expulsión.

Tanto los díscolos como otras fuentes del grupo socialista dan por segura la multa de 600 euros, prevista en el reglamento interno del grupo e impuesta en otros casos de desobediencia.

Por otra parte, los Estatutos Federales y el Reglamento de Cargos Públicos del PSOE facultan al grupo y a la ejecutiva a "denunciar su conducta" al Comité Federal, que si la estima "grave" podría proceder a "darles de baja en el grupo parlamentario".

En ese caso, el Comité Federal les incoaría un expediente que sería tramitado y resuelto por la Comisión de Ética y Garantías del partido.

Al estar en este momento el PSOE dirigido provisionalmente por una comisión gestora, sería éste el órgano que impulsaría la expulsión de los díscolos, algo que su presidente, Javier Fernández, ha dicho en los últimas días que no tenía "en la cabeza".