Llevan un año de incertidumbre desde que supieron que la central térmica de carbón que les da empleo está obligada a cerrar en junio. "Nos dijeron que el 20 de diciembre íbamos a salir, que nos iban a aplicar un ERE y en un principio no ha sido así. No sabemos si saldremos en febrero cuando se acabe el carbón", ha explicado un trabajador.

El carbón se termina, queda para poco más de un mes. Algunos tienen suerte porque todavía no están en la calle. "Hace un año estábamos 400 trabajadores de la subcontrata y ahora quedamos alrededor de 250", cuenta un joven.

Aunque los peores parados han sido los ya despedidos. "No ha pasado nada, no es una transición justa", apunta un vecino.

Piden transición justa porque el cierre de la central es obligatorio por las grandes emisiones contaminantes por el carbón. Los sindicatos, denuncian: "No se ha reubicado a ninguno de los compañeros de la subcontrata. Han tenido que emigrar de Andorra".

Se exigen soluciones ante el cierre de la central. Hay un proyecto de construcción de una central más sostenible, pero como pronto sería para 2026. "En una central térmica hacen falta 1.000 trabajadores y para las placas 100", apunta José Alberto López, portavoz de la Plataforma Subcontratas.

Más de 500 personas irán a la calle, pero son muchos más empleos los que dependen de la central. Tomás Guitarte, diputado de Teruel Existe pone la voz de alarma ante este asunto: "Puede parecer una cosa menor, pero los 4.000 puestos indirectos son más del 7% del total del empleo en la provincia".

Los vecinos de la localidad de Andorra en Teruel están preocupados. "Es una incertidumbre porque no sabemos nada de nada", alerta una mujer. Por eso, aseguran que seguirán echándose a la calle.