Veto a los medios

Del 'Washington Post 'a pseudoperiodistas sin experiencia: la nueva 'prensa' elegida por Trump para el Pentágono

El contexto Trump logra por fin lo que llevaba tiempo buscando: que nadie le haga preguntas incómodas. Influencers y blogueros afines a él presumen en sus redes de ocupar los asientos que antes eran de agencias internacionales, convirtiendo la sala de prensa en un escenario a su medida.

Del 'Washington Post 'a pseudoperiodistas sin experiencia: la nueva 'prensa' elegida por Trump para el Pentágono

Pies encima de la mesa, risas y hasta bromas sobre el sitio donde antes se sentaba un periodista del 'Washington Post'. Así han llegado a la sala de prensa del Pentágono los nuevos "periodistas"… o no tan periodistas que van a ocupar los asientos que Donald Trump ha dejado vacíos tras vetar a los medios críticos.

Ahora mandan los influencers, blogueros y pseudoperiodistas que se hacen llamar 'los nuevos medios'. Y llegan como si aquello fuera su habitación. Uno de ellos, Lance Johnston, miembro de la organización de derechas 'Fearless Media', entra grabándose con el móvil y, sin disimulo, presume: "Estoy aquí en la conferencia de prensa del Pentágono, como ya sabéis, los medios tradicionales ya no están aquí". Lo dice sentado en una silla que, hasta hace una semana, ocupaba un corresponsal de un medio internacional.

Junto a él aparece Laura Loomer, influencer de extrema derecha, islamófoba y fan declarada de Trump. Presentadora de su propio pódcast, se mueve con la familiaridad de quien conoce el terreno. Se autodefine como "antii islamista" y no oculta su objetivo: formar parte del nuevo grupo que sustituye a la prensa convencional en el corazón militar de Estados Unidos.

El desembarco no acaba ahí. También se ha visto por la sala a Matt Gaetz, excongresista republicano, y a perfiles que ni siquiera fingen ser periodistas, como RC Maxwell y Cam Higby, dos influencers conservadores que se enorgullecen públicamente de ocupar esos puestos. Se fotografían, hacen vídeos, comentan en directo y presumen en redes de haber "desplazado" a medios de prestigio.

¿El motivo del cambio? Según fuentes del Pentágono, varios medios se negaron a aceptar las nuevas normas de acceso que —denuncian— les impedían informar con libertad. Trump respondió con lo que mejor se le da: vetos, amenazas e insultos.

No es nuevo. El presidente lleva años atacando a la prensa que no le baila el agua. En sus comparecencias repite frases que ya son marca de la casa: "Cállate, cállate, cerdita", "eres lo peor", "eres estúpida, por eso haces preguntas estúpidas". Y cuando quiere ir un paso más allá, lanza advertencias directas: "Tu líder viene a verme muy pronto, le hablaré de ti y tu mal tono", llegó a decirle a una reportera.

Ahora, en esta sala de prensa renovada, Trump ya no tendrá que lidiar con tantas preguntas incómodas. Los nuevos ocupantes tienen dos cosas en común: pocos trabajan en medios de comunicación convencionales y todos son afines al presidente.

Donde antes había cruce de datos, comprobaciones y contraste, ahora hay selfies, directos y discursos militantes. El Pentágono deja de ser un espacio para vigilar al poder y se convierte en un escenario a medida de la nueva "libertad de prensa" versión influencer.

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