Mientras Ucrania se prepara para intentar recuperar los territorios ocupados, este domingo se celebra por primera vez la Pascua ortodoxa sin la tutela de Rusia. Hasta ahora, en la catedral Pechersk Lavra no se podía hablar en ucraniano en esta festividad, una prohibición que se ha levantado este año en plena disputa contra Rusia.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha comentado en un mensaje a la ciudadanía que la guerra podría "borrar" su vida, valores, tradiciones, ocio "y todo lo que ello simboliza". Estas palabras han llegado el mismo día en el que hemos conocido el acuerdo al que se ha llegado para un "gran intercambio" de prisioneros con Rusia.
El encargado de dar la noticia ha sido el asesor de la Presidencia de Ucrania, Andrei Yermak, que ha anunciado la vuelta de 130 militares ucranianos. "130 de nuestros hombres están regresando", ha añadido, antes de explicar que el intercambio, en realidad, ha ocurrido a lo largo de los últimos días y se ha desarrollado en distintas etapas.
Se trata de 92 soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania, 20 soldados de la Guardia Nacional, 11 guardias nacionales, 3 guardias fronterizos, 2 soldados de la Marina y 2 representantes del Servicio Especial de Transporte del Estado. "Todos ellos fueron capturados en las direcciones de Bajmut, Soledar, Zaporizhzhya y Jerson", señaló Yermak.
Vladimir Putin también ha asistido a la misa pascual ortodoxa celebrada en Moscú, un evento religioso en el que el patriarca Kirill, partidario de la invasión, ha pedido la unión de los territorios. El religioso, calificado por el papa Francisco como "monaguillo de Putin", mantiene que Rusia nunca ha atacado a nadie.