Esta orden ejecutiva, aprobada el 6 de marzo, veta la entrada en Estados Unidos a los ciudadanos de seis países de mayoría musulmana y se restringe drásticamente el número de refugiados que acepta el país cada año.

Durante un acto en la localidad de Nashville, el mandatario ha dicho que el fallo judicial ha estado motivado por "razones políticas", según ha informado la cadena de televisión estadounidense ABC.

"La orden (...) bloqueada era una versión suavizada de la primera orden, que fue también bloqueada por otro juez y que no debió ser bloqueada, para empezar", ha manifestado el mandatario, quien ha reconocido que espera ser "criticado por hablar con dureza sobre los tribunales estadounidenses".

Por último, ha subrayado que "la ley y la Constitución dan al presidente el poder de suspender la inmigración cuando lo considere (...) si va a favor del interés nacional", agregando que el fallo "hace parecer débil" a Estados Unidos.

El fallo es la segunda derrota para el decreto migratorio de Trump, después de que un tribunal federal de Seattle bloqueara la primera versión del mismo en febrero. En respuesta, el mandatario cargó duramente contra la Justicia, si bien abandonó finalmente el proyecto.

El segundo veto migratorio fue aprobado unas semanas después, con la retirada de algunos de los elementos más controvertidos, y excluyendo de la lista de países a Irak. En el segundo documento figuran como países vetados Somalia, Irán, Siria, Sudán, Libia y Yemen.

Sin embargo, los estados gobernados por el Partido Demócrata y varias organizaciones civiles acudieron a los tribunales afirmando que el nuevo documento era una versión similar al anterior.

Los abogados del Gobierno han argumentado que Trump estaba ejerciendo sus poderes de seguridad, resaltando que no había nada en la orden, tal y como estaba escrita, que implicara un filtro para los viajeros a causa de su religión.