El presidente Morsi lleva cinco meses en el poder y, según los manifestantes, ya ha cometido errores "demasiado similares" a los de su antecesor, Mubarak. Le han dado la espalda los jueces y el-Baradei le ha exigido que retire el decreto "dictatorial".

Las últimas decisiones de Mursi han ahondado la brecha existente entre sus simpatizantes y detractores en la plaza Tahrir, en cuyas inmediaciones prosiguieron este domingo los choques esporádicos entre policías y manifestantes.

El jueves pasado Mursi declaró que todas sus decisiones son definitivas e inapelables ante la Justicia hasta la entrada en vigor de una nueva Constitución y que las actuales Cámara alta del Parlamento y Asamblea Constituyente son indisolubles.

El presidente egipcio se reunirá este lunes con el jefe del Consejo Superior de Justicia y del Tribunal de Apelación, Mohamed Metuali, para tratar las repercusiones que ha tenido su declaración constitucional.

El objetivo de la reunión es conocer de primera mano la opinión de los jueces sobre el citado decreto, que blinda los poderes de Mursi frente a la Justicia. Por su parte, la asamblea general del Club de Jueces, la asociación de la magistratura en Egipto, ha suspendido este sábado el trabajo en todos los tribunales y fiscalías del país.