Ucrania tiene una de las armas más poderosas de la guerra. Hacen cara a los bombardeos rusos con los temibles misiles antiaéreos 'Stinger', capaces de derribar cazas y helicópteros en pleno vuelo.

Estados Unidos y Alemania proporcionaron al comienzo de la guerra 1.500 unidades de este tipo de misiles a Kiev. Se trata de proyectiles que pueden ser manejados por un solo hombre para interceptar las amenazas en el aire.

Sus características evidencian su potencia: son portátiles, de apenas 16 kilogramos y de un metro y medio de longitud. Es reutilizable y capaz de derribar a un avión ruso a 6.000 metros de distancia.

No es la primera vez que Estados Unidos envía este arma a conflictos armados, también lo hicieron a los guerrilleros muyahidines en Afganistán para luchar contra Rusia en los años 80. Ahora, en la guerra de Ucrania, este misil se ha convertido en el arma más fuerte para acabar con la potente aviación rusa.