Eva Díaz llevó a cabo su transición de género a los 52 años. Era socia directora de una consultoría y lo dejó todo "por miedo", según ella misma recuerda: "No era capaz de donde había estado con chaqueta y corbata, aparecer al día siguiente con vestido y con tacones", explica la actual CEO de 'Shaping The New'.

Alicia García, por su parte, lo hizo a los 38, durante la pandemia: "Desde la privacidad de mi propia casa, probándome, cogiendo confianza poquito a poco, sin tener que preocuparme por lo que iba a pensar la gente en la oficina", recuerda la responsable de arquitectura técnica de BBVA.

Ambas han transitado por el miedo, que para Eva fue "brutal": "El miedo es absolutamente salvaje, generado por unas expectativas que tú misma te creas", afirma. "No sabes cómo te va a recibir el mundo, no tienes todavía esa confianza en ti misma para ir con ese aplomo por la calle y decir 'aquí estoy y esta soy yo'", apunta por su parte Alicia. Lo más complicado, coinciden, el día después

En el caso de Eva, cuenta que tuvo que cambiar su modelo de liderazgo: "Cuando eres mujer y cuando eres hombre ya no puedes liderar igual porque no te reciben igual. Cuando eres hombre generalmente no se cuestiona, es lo que dice el CEO y ya está, se acabó. Cuando empecé a dirigir como mujer, era cuestionable", relata. "Los demás también te están respondiendo de manera completamente diferente a lo que lo hacían antes", señala a su vez Alicia.

El camino, dicen, es solitario, confiesan, pero liberador: "Te sientes muy libre y cuando te sientes muy libre eres muy feliz", resume Eva, mientras que Alicia ahora se define como "una persona mucho más capaz de verle todo lo bueno a la vida".

Transfobia en el ámbito laboral

Aunque a ellas su transición no les ha condicionado su carrera laboral, el 55% de las personas trans reconoce que ha sido excluida en entrevistas de trabajo y el 70% siente que no están aceptadas. Ízaro Assa de Amilibia, presidenta de Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI (REDI), sostiene que "son las más estigmatizadas dentro del colectivo LGTBIQ y las que más difícil lo tienen para conseguir una integración social de manera plena".

"Tienen muchas dificultades también en el entorno profesional, las empresas todavía tienen que construir construir culturas más inclusivas", reivindica.