Un avión de la compañía Alaska Airlines despagaba desde Portland con destino a Ontario (Canadá) cuando nada más despegar, la puerta de emergencia trasera del aviónsalía volando por los aires, dejando un agujero del tamaño de un frigorífico: a unos 4.900 metros de altura. No obstante, todos los pasajeros iban con el cinturón puesto y como ocurrió nada más despegar, la tragedia se evitó.

Y así lo explica a laSexta Daniel Escohotado, vicepresidente y director de comunicación de Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla): "El avión no estaba a mucha altitud. Lo que se produjo fue una despresurización rápida pero no una despresurización explosiva que es la que lleva todos los objetos rápidamente. También que todos los pasajeros seguían con los cinturones de seguridad abrochados".

Tambié, añade Escohtado, es importante destacar "la rápida intervención de los pilotos que bajaron hasta la altitud mínima a la que ya pueden respirar los pasajeros"; así como que no hubiera nadie en los asientos contiguos a la puerta.

"En principio, no es posible que ocurra algo así, pues la propia presión impide que la puerta se abra. Hay que verificar que es lo que ha fallado: los cierres, el diseño, ambas cosas...", explica el experto.

Por eso, su hallazgo fue clave: "Estoy emocionada de anunciar que hemos encontrado la puerta. Gracias Bob", informaba y agradecía Jennifer Homendi, presidenta de la Junta de Seguridad en el Transporte de EEUU. Bob es un maestro de Portland que fue quien encontró la puerta del avión en su patio trasero y mandó una foto a las autoridades.