Persecución de película en Los Ángeles. Durante una hora y media, un conductor mantuvo en jaque a la policía tras haber cometido una infracción de tráfico. Los agentes le dieron el alto y decidió huir.

El fugitivo utilizó hasta tres coches robados. Con el primero se coló en una zona residencial para abandonarlo y después robar una furgoneta con la que golpea una y otra vez un coche patrulla hasta tener hueco suficiente para salir huyendo.

Pero ese vehículo tampoco le dura demasiado: en medio de la carrera pierde una rueda trasera y queda atrapado entre dos coches, pero el sospechoso no se rinde y continua con su fuga a pie.

Corriendo se cuela en distintas viviendas y llega a enfrentarse a algunos vecinos antes de robar un tercer vehículo. A toda velocidad sigue recorriendo las calles de California, capaz de esquivar hasta seis coches de policía.

Lo hace una y otra vez hasta que pierde otro neumático hasta que acaba bloqueado en una gasolinera. Tras varios disparos, los policías consiguen reducirle, lo sacan del vehículo y lo detienen.