"Puedo confirmar que militares estadounidenses estuvieron involucrados ayer en una operación dirigida contra un conocido terrorista de Al Shabab", afirmó este sábado el portavoz oficial del Pentágono, George Little, en su cuenta de Twitter.

Varios medios estadounidenses habían informado de dos importantes operaciones militares en África, una en Somalia y otra en Libia, llevadas a cabo por fuerzas especiales de EE.UU. y dirigidas contra destacados cabecillas de las organizaciones Al Shabab y Al Qaeda, respectivamente.

El diario The New York Times indicó en un principio, citando fuentes oficiales anónimas, que la operación en Somalia había conducido a la captura de un supuesto dirigente de Al Shabab, extremo que no ha sido confirmado.

La cadena CNN añadía que la unidad de operaciones especiales de la Marina de Guerra de Estados Unidos (Navy SEAL) que había llevado a cabo la incursión contra el refugio de Al Shabab, en Baraawe, había tenido que retirarse, aunque sin ninguna baja estadounidense.

Un portavoz de Al Shabab confirmó, por su parte, la acción y dijo que uno de sus combatientes había muerto en combate.

Los soldados de la unidad SEAL atacaron la residencia del militante en la localidad de Baraawe "en respuesta al ataque contra un centro comercial de Nairobi por el cual Al Shabab reclamó su responsabilidad".

Los soldados estadounidenses se aproximaron por sorpresa desde el mar a la residencia en una playa, en una incursión que constituye la acción de tropas estadounidenses más importante en suelo somalí desde que otros comandos mataran a Saleh Alí Saleh Nbhan hace cuatro años, recuerda el Times.

"Este tipo de operaciones por parte de fuerzas estadounidenses es raro, porque implica altos riesgos e indica que se consideró al objetivo como de alta prioridad", afirma el artículo. "Baraawe, un pequeño puerto al sur de Mogadiscio, es un sitio donde se congregan combatientes extranjeros de Al Shabab", explica el diario.

El funcionario dijo al Times que la incursión en Baraawe se planificó hace una semana y media y respondió al ataque en el centro comercial Westgate de la capital de Kenia, donde un grupo armado penetró hace dos semanas y causó una matanza que acabó con la vida de más de sesenta personas.