Veintiséis presos palestinos que cumplían condena en Israel por delitos cometidos antes de los acuerdos de paz de 1993 han salido en libertad, un día antes de que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, presente sus propuestas para el borrador de un acuerdo definitivo.

Ramala se ha vestido de gala para uno de los acontecimientos que más júbilo despierta entre su población, la liberación de presos de cárceles israelíes, compromiso que Israel cumplió con un día de retraso.

Los veintiséis reclusos, condenados en su mayoría por delitos de asesinato y pertenencia a organización armada, partieron desde la prisión israelí de Ofer en tres autobuses: uno con tres presos hacia el paso de Erez, en la frontera con Gaza; otro con cinco hacia Jerusalén este; y un tercero con 18 al paso de Betunia, al sureste de Ramala.

Abás los recibió uno por uno, estrechó sus manos, se abrazó con ellos y recibió los tradicionales besos de agradecimiento. Poco después el grupo se dirigió al mausoleo de Yaser Arafat para depositar una corona de flores y besar su tumba. De regreso en la mukata, donde les esperaban familiares, amigos y curiosos, Abás les dio la bienvenida oficial y les aseguró que no firmará ningún acuerdo de paz si no incluye la excarcelación de todos los palestinos prisioneros.

"Os prometo que no firmaré ningún acuerdo si todos los prisioneros no regresan a sus hogares", afirmó, antes de expresar su esperanza de que pronto "la bandera palestina ondee sobre Jerusalén". También se refirió a la reciente aprobación por una comisión ministerial israelí de un proyecto de ley para anexionar a Israel el valle del Jordán, sobre el que señaló que es "inaceptable" pero los palestinos "actuarán cuando ello ocurra" en la práctica.

El grupo de 26 forma parte de los 104 "presos veteranos", como son conocidos en Cisjordania y Gaza, que Israel se comprometió a excarcelar en cuatro tandas como gesto de buena voluntad, en un acuerdo alcanzado antes del reinicio de las negociaciones de paz en julio pasado.

Los presos son uno de los asuntos más sensibles en la sociedad palestina, que los considera héroes nacionales, y en la israelí, que los ve como sangrientos terroristas.