Los opositores sirios analizarán en Madrid también la próxima conferencia internacional propuesta por Estados Unidos y Rusia -que tendrá lugar en Ginebra en una fecha aún por determinar- para tratar de poner fin a la guerra civil en Siria, que ha ocasionado en torno a un millón y medio de refugiados.

Esta cita en Madrid, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores, servirá también para que mañana el ministro José Manuel García-Margallo mantenga un encuentro con Moaz Jatib, uno de los más destacados miembros de la oposición siria.

El jefe de la diplomacia española y el expresidente de la Coalición Nacional de las Fuerzas de la Oposición y Revolución Siria (CNFROS), principal alianza opositora a la cual España reconoció en noviembre de 2012 como el legítimo representante del pueblo sirio, comparecerán juntos en rueda de prensa al término de su reunión.

En ella está previsto que analicen el estado de la situación en Siria, así como las últimas iniciativas internacionales para relanzar la búsqueda de una solución a la guerra civil, como esa conferencia de Ginebra, según han informado fuentes diplomáticas.

La oposición siria se reunirá hoy y mañana a puerta cerrada en un hotel de Madrid para acercar posturas entre las distintas corrientes que existen, favoreciendo su cohesión y su capacidad futura de asegurar la unidad, estabilidad y democracia en el país. A la reunión asistirán unas 80 personas de los distintos grupos opositores del interior y del exterior de Siria y se celebra a iniciativa de ellos, fruto de una invitación que el Gobierno español hizo ya hace un tiempo a Jatib como presidente en ese momento de la CNFROS, han señalado fuentes próximas a la organización.

Moaz Jatib dimitió en marzo como presidente de la CNFROS tras participar en la conferencia de los "Amigos de Siria" celebrada en Estambul ante la falta de apoyo internacional y su negativa a levantar el embargo de armas para la oposición.

La posición del Gobierno español respecto al conflicto de Siria ha sido siempre abogar por una solución política y no una militar, un compromiso serio con la ayuda humanitaria -ya se han desembolsado unos 4,7 millones de euros- y favorecer el diálogo en el seno de la oposición con el objetivo de que gane espacio público.