El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) ha considerado que se está subestimando el alcance y la gravedad de los múltiples episodios de violación, agresiones y otros tipos de violencia sexual que sufren los refugiados, sobre todo mujeres y niñas, de la etnia de los rohinyás en Birmania.

Es el caso de Shakila, una refugiada de 36 años que tuvo que huir del estado de Rajine, en el suroeste del país. Cuando llegó a las instalaciones del UNFPA necesitaba servicios médicos urgentes por la violencia sexual que había sufrido quien además tuvo que presenciar la muerte de su marido y su hija.

El UNFPA alerta de que la cantidad de casos de mujeres rohinyás que llegan a Bangladesh tras haber sufrido agresiones sexuales es "excepcionalmente alta. Se trata de una tendencia muy preocupante".

Fátima, una mujer rohinyá de 30 años, tuvo que ver cómo su hermana sufría una violación tras la que fue asesinada. "Mi hermana fue asesinada tras una violación colectiva delante de mí. A mí me echaron agua hirviendo por todo el cuerpo. No puedo dormir, mi vida es una pesadilla. No puedo soportar el dolor de perder a mi hermana".

Estos son dos ejemplos sacados de las más de 480.000 personas rohinyás que han llegado a la ciudad bangladesí de Cox's Bazar, en el sur del país. Más de la mitad de estas personas son mujeres y niñas y el UNFPA estima que 120.000 de ellas están en edad reproductiva y 24.000 embarazadas o amamantando.

Estas cifras se suman a los aproximadamente 200.000 refugiados rohingyas que ya habían huido allí en los últimos años. El UNFPA alerta de que por cada mujer que busca ayuda o habla sobre la violencia sexual sufrida, hay muchas que no lo hacen, por miedo, vergüenza o por temor a verse estigmatizadas.

Por ello, la organización señala la dificultad de dilucidar la cantidad exacta de víctimas de la violencia sexual, y denuncia que "el alcance total de la crisis siempre se subestima" y que no se pone el foco lo suficiente en esta grave forma de violencia.

"Se debe proteger la salud y la seguridad de las mujeres y las niñas. Todas las mujeres y niñas, independientemente de su origen étnico o afiliación religiosa, deben tener acceso a la atención sanitaria y otros servicios esenciales sin discriminación y deben ser protegidas de toda forma de violencia, incluida la agresión sexual", ha enfatizado la directora ejecutiva enterina del UNFPA, Natalia Kanem.