Varios países de la ONU se han sumado a esa petición de explicaciones a Netanyahu. Le exigen que cesen los ataques a las tropas de la FINUL desplegadas allí: son ya tres ataques contra los cascos azules. Netanyahu no piensa dar marcha atrás. Es más, les ha pedido que se retiren del sur del Líbano.
Podría ser un accidente si pasa una vez, pero son ya tres los ataques israelíes contra las tropas de Naciones Unidas desplegadas en misión de paz en Líbano. La condena, también por parte de España, es unánime con un calificativo que se repite. Para el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, "es inaceptable esa apertura de fuego sobre posiciones de FINUL por parte de Israel". En la misma línea habla la ministra de Defensa, Margarita Robles: "España tiene 650 militares en el contingente, es inaceptable por parte de Israel".
A pesar de las peticiones de Estados Unidos e incluso una llamada personal de la italiana Meloni, Netanyahu no es que haga oídos sordos, es que lo deja bien claro: pide a los cascos azules que se vayan de la zona que ahora quiere atacar.
En un vídeo que ha compartido el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha pedido "señor secretario general, saque a las fuerzas de la ONU del peligro". Todo con el pretexto de devolver a sus desplazados a la zona norte de Israel.
Como explica el profesor de Teoría Económica de la UAM, Óscar Vara, "no quieren tener testigos y presionan para la salida voluntaria. Así, el director de 'The Political Room', Yago Rodríguez, insiste en que "abogan por una retirada de los contingentes con medidas cada vez más agresivas".
Incluso el propio Ejército israelí insinúa una colaboración de esas tropas de Naciones Unidas con Hizbulá. El comandante del Ejército israelí, Yiftach Nurkin, asegura que "es muy extraño que la base de la ONU no haya visto esta actividad de Hizbulá". Una incómoda presencia internacional, como ya le pasó a los de Netanyahu con la UNRWA en Gaza.