Las imágenes que acompañan estas líneas son impactantes y explícitas: un dron de vigilancia ucraniano grabando su propio derribo. Ucrania ha respondido a este ataque con otro que deja, también, imágenes sorprendentes: el ataque a un helicóptero ruso en los alrededores de Severodonetsk. La ciudad se encuentra bajo fuerte asedio enemigo. Ambos países han enviado tropas extranjeras como grueso de sus contingentes para controlar la ciudad.
En su mensaje diario, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha insistido en que la situación en la localidad es "muy complicada". Cuatro brigadistas extranjeros ya habrían fallecido durante los ataques. Aun así, las tropas ucranianas estarían retomando la ciudad calle a calle. De hecho, ya han asegurado haber recuperado la parte norte. El Ejército ruso cuenta allí con el apoyo de las tropas chechenas y los ucranianos con voluntarios occidentales.
Mientras tanto, en su vecina Sloviansk, los servicios de emergencia evacúan a los habitantes que aún quedan la zona. Allí, la situación también es terrible: una ciudadana asegura que ya no queda en la ciudad una sola vivienda con ventanas o paredes intactas. Los bombardeos se escuchan cada vez más cerca. Pero no solo allí; también, en Kiev. Es la primera vez que se han visto caer misiles en la capital ucraniana, desde el reagrupamiento de tropas rusas en abril.
Seis misiles dirigidos contra un presunto depósito de tanques ucraniano. No habría fallecidos, solamente un herido. Por su parte, Ucrania ha afirmado que ha matado a dos generales rusos este domingo, uno de ellos en el frente del Donbás. Por su parte, en palabras a la agencia de noticias rusa RIA, Putin ha asegurado estar destruyendo armamento occidental por docenas. Y ha advertido sobre la posibilidad de atacar nuevos objetivos.
La razón: los lanzamisiles de largo alcance que quiere enviar Estados Unidos al Ejercito ucraniano son una de sus mayores preocupaciones actuales. Teme que, con ellos, los ucranianos puedan alcazar territorio ruso. Su ministro de Exteriores ha dicho que la culpa de que Rusia y Ucrania no estén llegando a un acuerdo diplomático es de occidente. Y ha dejado caer una moraleja a su historia: "Nunca te fíes de esta gente".