El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) dijo que más de 1.000 niños han muerto o resultado heridos de gravedad en Siria desde el inicio de 2018 a causa del conflicto.
En una rueda de prensa en Ginebra, el director regional de Unicef para Oriente Medio y el Norte de África, Geert Cappelaere, detalló que esta cifra significa que ha muerto un niño cada hora desde que empezó el año en Siria.
"La situación continua provocando una enorme preocupación desde la perspectiva de los niños", dijo Cappelaere que puso sus esperanzas en la resolución tomada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que aboga por una pausa humanitaria de al menos 30 días.
También anunció que desde la aprobación de dicha resolución el pasado sábado, Unicef tiene un convoy preparado para entrar en Duma, dentro de la región de Guta Oriental, donde residen unos 200.000 niños, según el organismo.
Unicef tiene autorización para acceder a la región el próximo 4 de marzo y su carga permitirá atender a 70.000 niños con suministros médicos y de comida.
"No hemos incluido la provisión de suministros educativos ya que la salud y la alimentación son las necesidades más inmediatas y teníamos que priorizar", aclaró Cappelaere.
El experto aseguró que es consciente de que en otras ocasiones algunos suministros han sido retirados de los convoyes, sobre todo medicinas, aunque se mostró esperanzado de que algo similar no ocurrirá esta vez ya que Unicef no se ha visto tan afectada como otras agencias por estos boicots.
Asimismo destacó que los niveles de malnutrición en Ghuta Oriental son "alarmantes" y que "miles de niños podrían morir" por lo que sus convoyes suministrarán alimentos terapéuticos "que permitirán estabilizar la situación".
"La malnutrición aguda no es una amenaza para la vida de un niño, sin embargo puede serlo en el caso que los niños tengan otros problemas de salud", dijo Cappeleare que añadió que "la mala alimentación los debilita de tal forma que un resfriado puede ser letal".