El Tribunal Superior de Londres ha anunciado este martes que autoriza a Julian Assange a volver a recurrir su caso en el Reino Unido, apelando contra su extradición a Estados Unidos, aprobada por el Gobierno británico en 2022.

De esta forma, ha abierto una nueva vía para que el fundador de Wikileaks, Julian Assange, pueda tener una nueva revisión completa de su potencial extradición a Estados Unidos, a la espera no obstante de una serie de garantías requeridas a las autoridades estadounidenses.

Los jueces Victoria Sharp y Adam Johnson han entendido que los argumentos presentados por los abogados de Assange tenían fundamento, por lo que han anunciado una futura vista en mayo si antes Estados Unidos no puede acreditar una serie de requisitos, como que el acusado no será condenado a la pena de muerte o que se respetará la Primera Enmienda de la Constitución norteamericana, que consagra la libertad de prensa, informa la BBC.

Assange recibe un balón de oxígeno parcial, en la medida en que un rechazo frontal a sus argumentos tras las vistas de febrero en el Tribunal Superior ya habrían implicado dar por bueno el aval político a la extradición. En este caso, al fundador de Wikileaks sólo le quedaría dirigirse al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

El Gobierno de Reino Unido dio luz verde al traslado en junio de 2022, pero Assange, que llegó a permanecer cerca de siete años refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, ha tratado de bloquearlo por todas las vías posibles. Sobre él pesan cargos por violar la Ley de Espionaje estadounidense y se arriesga a una condena de hasta 175 años de cárcel por la filtración de miles de documentos secretos.

No es un perseguido político

En las vistas, los abogados del fundador de Wikileaks pusieron en duda que pudiese recibir un juicio justo en Estados Unidos y reivindicaron que en este proceso están en juego libertades fundamentales, ya que las actuaciones de Assange entrarían dentro del ámbito del periodismo y merecerían especial protección.

Asimismo, alegaron que a su cliente se le imputaban "delitos políticos" y que, por tanto, en su caso no era aplicable el tratado de extradición entre Estados Unidos y Reino Unido. Los jueces, sin embargo, han rechazado en su dictamen de este martes que el procesamiento derive de la expresión de opiniones políticas.

Para la parte estadounidense, se trata de hechos de especial gravedad y durante las vistas hicieron hincapié en las "profundas consecuencias" de las filtraciones, especialmente para las fuentes que aparecían identificadas en los documentos publicados por Wikileaks y relativos a situaciones de conflicto.