Kay-Achim Schönbach es el jefe de la Armada de Alemania y ha hecho unas declaraciones sin precedentes. "¿Lo que quiere Rusia es una pequeña franja de suelo ucraniano? Putin sabe que puede presionar y dividir a la Unión Europea, pero lo que realmente quiere es respeto", aseguró.

En una reunión en la India, en la que quizás no supiera que estaba siendo grabado, sugiere que hay que darle a Putin lo que quiere, considerando que Europa necesita a Moscú como aliado.

La realidad es que entre Alemania y Rusia hay un gasoducto construido cuyo funcionamiento está paralizado. Es una de las armas que está utilizando Occidente en esta crisis: impedir su aprobación mientras Rusia siga acechando Ucrania.

Sin embargo, se trata de un arma de doble filo, ya que Europa depende casi exclusivamente del gas que llega de Rusia a través de otros canales, con lo que el Kremlin también puede presionar limitando el suministro.

Por ahora, Alemania se pone de perfil, poniendo incluso trabas a la llegada de armamento a Kiev y provocando que los aviones británicos, a los que ha impedido que sobrevuelen su espacio, den un rodeo.