El coronavirus se pudo crear en un laboratorio en seis meses y con coronavirus de murciélago como plantilla. Es lo que asegura un estudio de la viróloga china Li-Meng Yan, que el pasado agosto afirmó tener "pruebas sólidas" para demostrar que el virus se originó en "un laboratorio militar" y que "el mercado de Wuhan se usó como señuelo". Ahora, esta científica china ha publicado un informe de 26 páginas para aportar dichas pruebas. Bajo el título 'Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una sofisticada modificación en laboratorio en lugar de una evolución natural', Li-Meng Yan dice ofrecer evidencias para probar que "el coronavirus no es un virus zoonótico natural", un punto discutido por otros científicos.

"A pesar de su tremendo impacto, el origen del SARS-CoV-2 sigue siendo misterioso y controvertido. La teoría del origen natural, aunque ampliamente aceptada, carece de apoyo sustancial. Sin embargo, la teoría alternativa de que el virus puede provenir de un laboratorio de investigación está estrictamente censurada en revistas científicas revisadas por pares. No obstante, el SARS-CoV-2 muestra características biológicas que son incompatibles con un virus zoonótico natural", afirma la científica en la presentación de los datos.

El informe fue publicado este lunes en Zenodo, un repositorio creado por OpenAIRE y el CERN, con apoyo de la Comisión Europea, para promover la divulgación de resultados científicos. Además, el documento lleva la firma de otros tres científicos y está avalado por la Rule of Law Society de Nueva York.

No obstante, el documento no ha sido publicado en ninguna revista científica. Además, algunos expertos apuntan que "no tiene ninguna evidencia científica sólida". "La mayor parte de las referencias que citan son o artículos que aún están en preprint (no revisados por pares) o no publicaciones científicas", afirma la viróloga Sonia Zuñiga, investigadora de coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología.

Por su parte, los autores sostienen que "en este informe, describimos la evidencia genómica, estructural, médica y de la literatura que, cuando se considera en conjunto, contradice fuertemente la teoría del origen natural". Así, según estos científicos, "la evidencia muestra que el SARS-CoV-2 debería ser un producto de laboratorio creado utilizando los coronavirus de murciélago ZC45 y / o ZXC21 como plantilla y / o columna vertebral. Sobre la base de la evidencia, postulamos además una ruta sintética para el SARS-CoV-2, lo que demuestra que la creación en laboratorio de este coronavirus es conveniente y se puede lograr en aproximadamente seis meses".

Añaden que "la proteína S habría sido manipulada artificialmente, después de lo cual el virus adquirió la capacidad de unirse a ACE2 e infectar a los seres humanos" y apuntan que "estas transformaciones han llevado a que el virus del SARS-CoV-2 se convierta eventualmente en un patógeno altamente transmisible, de aparición oculta, letal, sin secuelas claras y masivamente disruptivo".

Por tanto, en sus conclusiones (que otros expertos piden tomar con cautela), el informe considera un hecho bien respaldado que "la secuencia del genoma del SARS-CoV-2 probablemente se ha sometido a ingeniería genética, a través de la cual el virus ha ganado la capacidad de dirigirse a los seres humanos con mayor virulencia" y piden "una auditoría independiente" a los laboratorios.

Nota: esta información ha sido modificada después de que algunos expertos pidieran cautela y defendieran que el informe no atiende a "evidencias científicas sólidas" recordando que no se ha publicado en ninguna revista científica.