La segunda ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania concluye con un acuerdo para establecer corredores humanitarios y un posible alto el fuego en torno a ellos. Las delegaciones de ambos países han vuelto a reunirse este jueves en la región bielorrusa de Brest, cerca de la frontera polaca, y se han emplazado a una tercera ronda de conversaciones.

El asesor presidencial ucraniano Mijailo Podoliak ha informado a través de Twitter de que en este segundo encuentro "los resultados que Ucrania necesita aún no se han logrado", aunque sí se ha llegado a una "solución para la organización de corredores humanitarios".

"Las partes han llegado a un entendimiento sobre la creación conjunta de corredores humanitarios con un alto el fuego temporal", ha detallado Podoliak en su canal de Telegram, donde ha precisado que este alto en fuego se aplicaría "solo en aquellos lugares donde se ubicarán los propios corredores humanitarios" y no en toda Ucrania.

No obstante, ha añadido que la parte ucraniana no ha obtenido "los resultados que esperaba" y "continuará el diálogo en una tercera ronda de conversaciones". Esta, según la agencia estatal bielorrusa, tendría lugar a principios de la próxima semana.

Por su parte, el jefe negociador ruso, Vladímir Medinski, ha constatado un "progreso sustancial" en la reunión de este jueves y ha hablado de corredores humanitarios para civiles y un posible alto el fuego alrededor de los mismos.

Asimismo, Medinski ha señalado que ambas partes han logrado un entendimiento mutuo en algunos temas. "Las posiciones son absolutamente claras. Están desglosadas por puntos. En parte de ellas logramos un entendimiento mutuo", ha afirmado.

Zelenski quiere hablar con Putin y Macron advierte: "Lo peor está por llegar"

Entretanto, la invasión rusa de Ucrania se prolonga ya ocho días y este jueves, tras mantener una nueva conversación con Vladímir Putin, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha señalado que, según lo que le ha trasladado su homólogo ruso, "lo peor está por llegar".

A su vez, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha comunicado este mismo jueves que se quiere sentar personalmente con Putin porque, según cree, hablar con él es la única manera de acabar esta guerra. Sobre esta propuesta, ha matizado: "Sentarnos sí, pero no a distancia como se sentó con Macron".

Sin embargo, no parece que Putin apueste por esa vía, atendiendo a sus últimas declaraciones. El presidente ruso ha asegurado que sus tropas ya han creado corredores humanitarios, pero que son los "nacionalistas" ucranianos quienes los destruyen e incluso usan a los civiles "como escudos humanos", y ha vuelto a mostrarse tajante en su postura: Ucrania y Rusia son el mismo pueblo.

Mientras tanto, la Unión Europea va a permitir la entrada ilimitada de refugiados de la guerra, que superan ya el millón. En la reunión celebrada entre los ministros de Interior comunitarios este jueves se ha alcanzado un acuerdo para otorgar permisos de protección temporal a los refugiados que vengan desde Ucrania. Gracias a esta protección, van a poder tener permiso de residencia, acceso al mercado laboral y a la vivienda y asistencia médica. Se siguen dando así pasos necesarios para frenar una guerra donde las muertes ya se cuentan por miles.

Ocho días de invasión

Continúa entretanto la devastación de las ciudades ucranianas y el sufrimiento de la población civil. Así,Járkoves hoy muy diferente a la que un día fue la capital del país. La plaza central es un mar de escombros, cristales y polvo, mientras las escuelas y la universidad van desapareciendo poco a poco con cada misil. En el cielo, cubierto de humo, se han podido vislumbrar paracaidistas de las tropas rusas dejando caer proyectiles sobre edificios estatales y escuelas y universidades públicas. El Ayuntamiento y su icónica catedral ortodoxa ni siquiera se distinguen entre las estructuras vacías de una ciudad en la que predomina el gris de la guerra. Los vivos colores del templo son ya historia.

Chernihiv, al norte del país, es una de las ciudades más asediadas por las fuerzas rusas. Allí, un bombardeo sobre una zona residencial en el centro de la ciudad habría acabado con la vida de al menos 30 personas.

Por otro lado, las ropas rusas se dirigen a la mayor planta nuclear de Europa, tal y como ha alertado el alcalde de Energodar, quien ha señalado que una columna de tropas rusas se dirige a la cercana planta nuclear de Zaporizhzhia.

En la noche del miércoles al jueves, otras seis personas fallecían, entre ellas dos niños, por un bombardeo en la ciudad ucraniana de Izium, en la región de Járkov, según el teniente de alcalde de la ciudad, Volodymyr Matsokin. El ataque se produjo contra un edificio de varias plantas de apartamentos. El avance por el sureste continúa más allá de Jarkóv. Las tropas del Kremlin aseguran haberse apoderado en buena medida de la costa del mar de Azov, una zona estratégica. El objetivo sería sitiar la costa ucraniana para cortar la salida de país por mar.

Jersón ha sido la primera gran ciudad en caer en manos de Putin. Rusia ya tiene el control de la que es una de las ciudades más importantes del sur de Ucrania por su posición estratégica con salida al Mar Negro. El alcalde, Ihor Kolijaiev, había asegurado por la mañana que sobre la ciudad seguía ondeando la bandera de Ucrania, y que "para que siga siendo así habrá que cumplir ciertos requisitos". Sin embargo, el gobernador regional, Hennadiy Laguta, confirmaba posteriormente que las fuerzas rusas han ocupado la sede regional del Gobierno.

Las milicias prorrusas del Donbás han asediado Mariúpol. Según las Fuerzas Armadas rusas, ya están bajo su control los pueblos de Vinográdnoye, Sartana y Vodianóye. La ciudad, de medio millón de habitantes y uno de los mayores puertos de Ucrania, ya experimenta "graves problemas con el abastecimiento de agua y electricidad" a consecuencia del cerco, según ha indicado el portavoz de las milicias de Donetsk, Eduard Basurin, en una entrevista a un canal de televisión ruso. Además, ha explicado el presidente Zelenski, las fuerzas del Kremlin intentan acceder a Odessa: "Querían destruir nuestra Odessa, pero sólo la verán desde el fondo del mar Negro, porque están en el fondo", ha reseñado.

Entretanto, Kiev se mantiene en pie frente a los misiles de Putin. En la madrugada del miércoles al jueves se pudieron escuchar al menos cuatro fuertes explosiones en la capital, unos estruendos que se han repetido en la noche del jueves al viernes.

Aun así, las tropas rusas no han conseguido rodear Kiev, y el gran convoy que se dirige desde hace más de 48 horas a la capital sigue varado a la espera de suministros de comida y combustible.