Una explosión en una vivienda al oeste de Alemania ha dejado más de una docena de bomberos y policías heridos, algunos de ellos graves, mientras que los indicios apuntan a que el suceso pudo ser intencionado y un sospechoso ha sido detenido.

Según ha anunciado el ministro del Interior de la región de Renania del Norte-Westfalia, Herbert Reul, la deflagración en la localidad de Ratingen hirió a diez bomberos y dos agentes de policía que habían acudido a una vivienda, donde fue hallado además un cuerpo sin vida.

Los medios informaron de que, tras la explosión, en la zona se desplegó un gran dispositivo en el que participaron las fuerzas especiales de la policía, incluidos francotiradores, y que poco después un individuo fue detenido en el interior del bloque de apartamentos. Reul rehusó hacer conjeturas sobre la motivación del suceso pero indicó que según datos procedentes de redes sociales, el sospechoso, que también se encuentra herido, es próximo en ideología "a los negacionistas del coronavirus".

La sucesión en que se desarrollaron los acontecimientos todavía no ha podido ser esclarecida por completo, pero parece ser que las fuerzas de seguridad acudieron a la vivienda alertadas por el propietario, ya que las cartas se acumulaban en el buzón desde hacía tiempo. Ante indicios de que alguien en el interior de la vivienda podía necesitar auxilio, los agentes llamaron a los bomberos para forzar la puerta del domicilio, habitado por una madre y su hijo.

Este último, contra el que existían órdenes de detención por delitos menores, pudo sospechar que iba a ser detenido y reaccionó, según la versión preliminar que manejan las autoridades, haciendo estallar un artefacto todavía desconocido. Con respecto al cuerpo sin vida hallado en la vivienda, según los medios se trata de la madre del detenido, aunque por el momento se desconoce la causa de la muerte y si ésta se produjo con anterioridad al incidente.