Un gran número de estados de EEUU han registrado temperaturas bajo cero al tiempo que una gran tormenta helada, conocida como 'bomba ciclónica', dejaba millones de hogares sin luz y a miles de viajeros varados a las puertas de las fiestas navideñas. El fenómeno, causado por un frente de aire ártico, será responsable de que el país viva su Navidad más fría desde hace 40 años.

Por el momento, diez personas han muerto en las carreteras desde que comenzó la tormenta en los estados de Kansas, Oklahoma, Kentucky y Ohio. En otros lugares, como Chicago (Illinois) o Nashville (Tennessee), las carreteras han estado colapsadas durante horas a medida que las temperaturas bajaban, la lluvia se convertía en hielo y el viento en ventiscas. Y en Denver (Colorado), el jueves fue el segundo día más frío de que se tienen registros: la temperatura media fue de 26 grados bajo cero. Sin embargo, por el momento, el récord lo tiene Idaho, que ha llegado a los 50 grados bajo cero.

Los problemas en el transporte han afectado también a los trenes y a compañías de autobuses, como Greyhound, la mayor de ellas, que ya ha advertido de que muchas rutas del noreste o del medio oeste pueden cancelarse o sufrir alteraciones.

Además, más de 1,4 millones de hogares o de oficinas se encuentran sin electricidad, según los registros de la web 'PowerOutage.us', mientras que alrededor de 5.300 vuelos fueron cancelados el viernes.

Las fuertes tormentas invernales afectarán a unos 200 millones de personas, el 60% de la población del país, según proyecciones del servicio meteorológico nacional, el National Weather Service (NWS).

El presidente de EEUU, Joe Biden, compareció públicamente el jueves para advertir a los estadounidenses que se tomen la tormenta "de forma extremadamente seria", y que sigan las recomendaciones de las autoridades.

Hablamos con una española residente en Chicago

La madre de Claudia ha conseguido por los pelos pasar la Navidad con su hija. "Pasamos un poco de miedo, pero conseguimos llegar. Si nos hubiéramos esperado a hoy, no hubiésemos podido venir", afirma la mujer. Claudia, que vive en Chicago y ha recibido a su familia con los brazos abiertos, señala que han "comprado más comida de la cuenta, por si acaso".