Infernal y deshumanizante. Así es el trato que han recibido tres adolescentes en Florida por parte de sus padres, quienes les mantuvieron encerrados durante tres meses en casa, sin apenas alimento y bajo condiciones infrahumanas. "Pesaban muy por debajo del estándar aceptado para sus edades", señaló Brian Chester, un agente de policía de St. Lucie, en Orlando.
Según informaron las autoridades a medios locales, uno de los menores sólo pesaba 22 kilos, sufría alucinaciones y perdió la comunicación verbal, el control muscular y otras funciones corporales. "Todas las evaluaciones médicas han confirmado que esta afección era un resultado directo de la desnutrición. Es necesario una sonda de alimentación para intentar que vuelva a su estándar de nutrición", alegó Chester.
Las víctimas son un adolescente de 17 años y dos gemelas de 16 años. Los padres, Óscar Torres, de 40 años (y progenitor biológico de los niños) y Brittany Kirschenhofer, de 32, fueron detenidos en cuanto se destapó el caso. Se enfrentan a tres cargos de abuso infantil y negligencia.
El agente Chester afirmó que "había un candado en la puerta que daba al dormitorio" que les impedía escapar. Los jóvenes acudían al colegio de manera virtual, pero no alarmaron ni a profesores ni a compañeros del infierno que estaban viviendo.
Maltratos y vejaciones
Según informó el agente consultado, "las declaraciones de una de las víctimas indican que al menos una de las víctimas sufrió maltrato físico". Añadió que "se vieron forzados a hurgar secretamente por restos de comida". Las autoridades pudieron actuar gracias a un chivatazo anónimo de una vecina. En declaraciones a la prensa, ella afirmó que "les castigaba sin alimento, encerrándolos en una habitación durante horas y horas". Y añadió: "Les supliqué que los liberaran, pero no lo hicieron".
En el domicilio también residían dos menores, de nueve y seis años, ambos hijos biológicos de Brittany Kirschenhofer. En palabras de las autoridades, ellos no han sido víctimas de tan "espantoso caso de negligencia infantil". Las chicas han sido entregadas a su madre, quien desconocía los hechos tras haber sido aislada de sus hijos. El joven aún se recupera en el hospital.