Estados Unidos suma más de 134.000 casos y más de 2.000 muertos, pero finalmente Trump no cerrará Nueva York, Nueva Jersey y parte de Connecticut, como había insinuado. "No nos detendremos ante nada para proteger la salud de los neoyorquinos y la salud de la gente de nuestro país", aseguraba el mandatario.

De hecho, allí las restricciones son más permisivas que las que conocemos en España: también se puede salir de casa para ir a los parques a correr o a pasear a las mascotas. Pero el país está también conmocionando por la muerte de un bebé de menos de un año.

Nueva Zelanda, con algo más de 500 casos, ha confirmado su primera muerte por el COVID-19, y en los países del sudeste asiático la curva de contagios sigue en ascenso. Malasia, que fabrica guantes de latex a toda velocidad, ha registrado 150 nuevos casos e Indonesia 130.

Pero es Europa donde la tragedia azota con más fuerza. De las 30.000 personas fallecidas en el mundo por coronavirus, más de dos tercios pertenecen al viejo continente.

Italia se acerca al umbral de los 100.000 contagios y Francia ha sumado un nuevo récord negativo en las últimas 24 horas con 319 muertos. Sus autoridades coinciden con Reino Unido en que los próximos días serán difíciles.

Igual ocurre en Rusia, donde el alcalde de Moscú alerta que la capital ha superado ya los 1.000 contagios.

Todos esperan que el confinamiento merezca un futuro similar al de China. Allí solo se ha reportado un caso nuevo en 24 horas y 44 importados. La región de Hubei va recuperando lentamente la normalidad y la ciudad de Wuhan, origen de la pandemia, se prepara para seguir el mismo camino el próximo ocho de abril.