El Gobierno de Estados Unidos ha propuesto un plan para que las vacunas contra el COVID-19 estén disponibles de forma gratuita para todos los estadounidenses, según informa la agencia Associated Press. Una noticia que llega en medio del escepticismo generalizado en el país sobre la seguridad y efectividad de la futura vacuna.

En un informe, las agencias federales de salud y el Departamento de Defensa han esbozado planes complejos para una campaña de vacunación que comenzaría gradualmente en enero o posiblemente a finales de este año, y que aumentará para llegar a cualquier estadounidense que lo desee. El Pentágono será el encargado de la distribución de vacunas y los trabajadores sanitarios serán los que apliquen las inyecciones.

La campaña es "mucho más grande en alcance y complejidad que otras campañas de vacunación relacionadas con brotes anteriores", apunta el informe del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Entre los aspectos más destacados, el informe apunta que las personas vacunadas necesitarán dos dosis con una separación de 21 a 28 días y que será posible que haya vacunas de diferentes fabricantes.

El informe también señala que tendrán prioridad en la vacunación los trabajadores de la salud, otros empleados esenciales y los grupos vulnerables. Además, los encargados de recibir y distribuir las vacunas serán los estados y las comunidades locales, que deberán presentar planes en un mes.